Un tribunal de Reino Unido ha rechazado este lunes 4 de enero la extradición a EEUU del fundador de la plataforma WikiLeaks, el australiano Julian Assange, al considerar que sería perjudicial para su salud mental.
Al pronunciar su dictamen en la corte penal londinense de Old Bailey, la jueza Vanessa Baraitser consideró «demostrado» que el australiano de 49 años presenta riesgo de suicidio y podría quitarse la vida si es procesado en EE.UU., donde probablemente sería retenido en condiciones de confinamiento.
El gobierno de EE.UU. ya ha comunicado que apelará la decisión. El país pide la extradición de Assange para juzgarle por haber conspirado presuntamente con el exsoldado estadounidense Bradley Manning (hoy Chelsea Manning) en 2010 y, ahora, también con otros «hackers» entre 2007 y 2015 para obtener y publicar ilegalmente información secreta en su portal.
Por ello, la justicia estadounidense le acusa de 18 delitos de espionaje e intrusión informática, castigados en el país con hasta 175 años de cárcel.
Los abogados de Assange argumentan que estaba actuando como periodista y que tiene derecho a las protecciones de la Primera Enmienda de la libertad de expresión por publicar documentos filtrados que exponían irregularidades militares de EE. UU. Irak y Afganistán. También alegan que toda la acusación tiene una motivación política, está impulsada por el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que la extradición de Assange representaría una grave amenaza para el trabajo de los periodistas.
La juez rechazó las afirmaciones de la defensa de que Assange estaba protegido por garantías de libertad de expresión, diciendo que su «conducta, si se prueba, equivaldría a delitos en esta jurisdicción que no estarían protegidos por su derecho a la libertad de expresión«.
Sin embargo, la magistrada señaló que Assange sufre una depresión clínica que se ha visto acentuada en los últimos meses y que se agravaría por el aislamiento que probablemente enfrentaría en una prisión estadounidense, y consideró que Assange tiene el «intelecto y la determinación» para eludir cualquier medida de prevención del suicidio que las autoridades pudieran tomar.
Assange sufre de una grave depresión y fue diagnosticado con síndrome de Asperger y autismo. En la celda que ocupaba en su prisión de Londres fue hallada media cuchilla en mayo de 2019, y contó al equipo médico sobre sus pensamientos suicidas y que había hecho planes para acabar con su vida.
«Creo que el riesgo de que el señor Assange se suicide es grande si se aplica una orden de extradición», dijo Baraitser en su fallo, dictaminado en la corte londinense de Old Bailey.
«La impresión general es la de un hombre deprimido y, a veces, desesperado, que teme de forma genuina por su futuro», señaló, agregando que llama regularmente desde la cárcel a la asociación benéfica Samaritans.
Agencias
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