Los familiares de las víctimas de la violencia en la Gran Caracas tuvieron que esperar ayer hasta casi las 3:00 pm para que los patólogos de la morgue de Bello Monte pudieran comenzar las autopsias de los nueve cadáveres que habían sido trasladados a esa dependencia, entre jueves en la noche y el viernes en la mañana, debido a la falta de agua. Durante todo el día y parte de la tarde los especialistas estuvieron esperando un camión cisterna que les llevaría el líquido para poder trabajar, porque los tanques que surten a la Medicatura Forense están vacíos.
En el transcurso de este mes han sido trasladados 313 cadáveres a la morgue. Entre las víctimas de la violencia ingresadas entre jueves y viernes a esa dependencia estuvo Manuel Flores, de 22 años de edad, que laboraba en un taller de latonería y pintura, y Kelvin Gelvis, también de 22 años, mototaxista.
Ambos estaban desaparecidos y sus cadáveres fueron localizados ayer a las 11:00 am en la terraza 4 de la urbanización El Morro de Petare. Los ultimaron de varios disparos. Según se conoció de manera extraoficial los vecinos manifestaron que las víctimas no eran residentes de esa zona.
Los familiares de Flores y Gelvis comenzaron a buscarlos en hospitales y cuerpos policiales. Al llegar a la policía científica les informaron que debían dirigirse a la morgue de Bello Monte donde estaban los cuerpos. Allí fueron identificados por sus parientes.
Allegados a Flores explicaron que él salió de su casa y había dejado la moto que usaba en el domicilio. La familia de Gelvis no suministró detalles del caso, reseñó el portal de El Nacional.