Luego del ofensivo comentario del presidente Nicolás Maduro, quien se refirió en tono despectivo a los venezolanos que lavan pocetas en Miami, han surgido decenas de testimonios en redes sociales de ciudadanos que se dedican a estas labores de limpieza, reinvindicando el trabajo digno.
Una joven identificada como Adriana Fernández narró en su Twitter que su abuela había huido de la guerra civil española y que fue recibida en Venezuela, país que le permitió progresar haciendo precisamente eso: lavando pocetas.
«Mi abuela huyó de la guerra en España para lavar pocetas en Venezuela. Murió en Venezuela, en la casa que compró lavando pocetas, arrepentida de nada excepto de haberle dado su voto a Chávez en el 98″, reveló.
A propósito de ese testimonio, contó que recientemente viajó desde Táchira a Caracas y que en un baño «de parada» de Barinas encontró a una mujer y sus tres hijas que se encargaban del aseo del lugar y que lo tenía impresionantemente pulcro, algo poco común en los baños de carretera.
» Fui al baño y estaba PULCRO, de piso a techo. Pensé en mi abuela y pregunté quién los limpiaba: Una señora y sus dos hijas. Las tres estaban flaquitas, hambrientas. Les dejé 4000 pesos colombianos que me habían quedado del viaje, como 145.000 bolívares. Se los dejé porque creo en el venezolano que quiere hacer las cosas bien —el que quiere trabajar, así sea limpiando pocetas», relató.
La señora casi se puso a llorar al recibir ese dinero porque no había comido en todo el día.
«Pensé en mi abuela y en la casa que compró limpiando pocetas y en esta señora que no tenía ni para comprarle un pan a sus hijas«, agregó la joven, algo que nos lleva a comparar aquella Venezuela que, con sus problemas como todo país, ofrecía oportunidades para progresar con trabajo duro y la actual, en la que poder comer cada día es todo un lujo.