La reciente alerta de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre un brote de fiebre amarilla en Venezuela volvió a poner de manifiesto la fragilidad del sistema sanitario del país que desde hace un lustro vive la reaparición de, al menos, cuatro enfermedades infecciosas, a pesar del silencio epidemiológico.
La fiebre amarilla se ha sumado a la reemergencia de la difteria y la malaria en 2016, y el sarampión en 2017, estas tres últimas, «contenidas» gracias a la ayuda de organismos internacionales, como la OPS o el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), según especialistas en el área.
Las enfermedades, que no se registraban desde el siglo pasado, han reaparecido por -dicen los especialistas- la falta de políticas públicas adecuadas en el sistema sanitario.
La cobertura de vacunación
Sin embargo, destacan que la principal razón es la baja vigilancia epidemiológica y la disminución de la inmunización contra todas las enfermedades que son prevenibles con vacunas.
Aunque no hay data oficial sobre las coberturas de vacunación, los especialistas aseguran que hay una disminución de las inmunizaciones porque, de otra manera, no estarían resurgiendo enfermedades.
«Las enfermedades inmunoprevenibles surgen, reemergen, cuando bajan las coberturas de vacunación, cuando la gente se deja de vacunar, y es lo que ha ocurrido lamentablemente durante los últimos años en Venezuela, y esto se ha profundizado durante la pandemia de covid-19″, explicó a Efe la infectólogo pediatra María Graciela López.
Hasta la fecha, hay alertas por las infecciones mencionadas anteriormente, y más recientemente por la fiebre amarilla, una enfermedad que parece estar siendo atacada con vacunación, pues el régimen ha comenzado jornadas de inmunización en algunos puntos.
Sin embargo, también están las enfermedades más comunes, que no han sido erradicadas, como el rotavirus o el neumococo y contra ellas no se está inmunizando, dijo López.
Las inmunizaciones contra estas dos últimas enfermedades eran colocadas, antiguamente, a los niños en sus primeros meses de vida en instituciones de salud públicas, pero «en los últimos años» esto dejó de ser así.
«Estas vacunas solo han estado disponibles en el sector privado (neumococo y rotavirus), por supuesto como todo en Venezuela, ya dolarizado, y entonces el acceso es a menos de un 10 % de la población», indicó López tras recordar que las condiciones económicas en el país son complicadas.
López se refiere al hecho de que el salario mínimo en Venezuela es de 2,40 dólares mensuales y, según la reciente Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), el 94,5 % de la población vive en pobreza.
Los precios de las vacunas en el sector privado pueden variar, en el caso de la que se aplica para prevenir el neumococo, entre 80 y 150 dólares.
Pero la situación puede ir más allá, puesto que también es difícil conseguir de forma gratuita la vacuna contra la hepatitis A, según varias consultas realizadas por Efe a trabajadores de hospitales públicos.
El silencio epidemiológico
Con este panorama, sociedades científicas, grupos médicos y ONG especializadas en temas de salud han expresado su preocupación y han pedido que se refuerce la vigilancia epidemiológica y se publique información de las patologías.
Venezuela no publica datos de epidemiología desde el 31 de diciembre de 2016.
«Es lamentable que nosotros no sepamos cuántos casos tenemos de distintas patologías. El boletín epidemiológico dice los casos de infecciones respiratorias en general, de infecciones diarreicas (…) incluso estipula cuánto son las coberturas de vacunación en general en el país», indicó a Efe el presidente de la Sociedad Venezolana de Infectología, Manuel Figuera.
«¿Qué sospechamos que pudiera estar ocurriendo? Por ejemplo, tosferina, que es una infección que se previene con vacunas y que causa sobre todo infecciones respiratorias muy características en lactantes, en niños menores de uno o dos años, y si están ocurriendo esos casos implica que no se está vacunando bien», continuó.
Para explicar el impacto de la falta de datos de la situación epidemiológica, Figuera dijo que los médicos desconocen cuál es el alcance de la influenza (una enfermedad respiratoria que también se ha vuelto muy común en los últimos años) en Venezuela.
El infectólogo criticó, además, la falta de inversión en el sector científico, en el desarrollo de investigaciones, en las universidades, y que se haya dejado ir a expertos en epidemiología e infecciones.
Según dijo, el sistema de salud venezolano se está siendo afectado por «la pérdida de la profesionalización, de la capacidad de experticia, el conocimiento experto, que debe haber en estas áreas de salud, a nivel gerencial, a nivel superior».
EFE
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