Romina Cerrudo, de 32 años, recibió 32 puñaladas a manos de su esposo, Jorge Luis Giunta, de 42, delante de sus hijos y otros familiares en San Andrés de Giles, Argentina.
«¡Mami, me mata! ¡Mami, me mata!», le gritaba desesperada a mujer a su madre, María Leonelli, mientras su esposo la atacaba.
Luego de cometer el crimen, el hombre se clavó el cuchillo en el cuello, pero solo sufrió heridas superficiales.
La madre de la víctima recordó que golpeó con un palo al agresor en un intento por evitar que le arrebatara la vida a su hija: «Traté de defenderla y no pude».
«Mi reina, cuánto dolor siento, mi amor, te arrebataron la vida adelante de mis ojos. Jamás voy a olvidar los gritos desgarradores: ‘¡Mami, me mata! ¡Mami, me mata! Te amo y jamás voy a perdóname por no poder salvarte la vida, mi amor«, escribió la madre en las redes sociales.
Además, la mujer explicó que no sabían que el asesino estaba en el lugar, pues para el momento estaba separado de su hija y la había amenazado de muerte, él llegó en una motocicleta y pidió hablar con la joven, pero terminó atacándola.
La familia había aconsejado a la joven que abandonara por completo la relación con el hombre, pero ella se negaba: «Me da lástima».
El hombre será acusado por homicidio agravado, delito por el que podría enfrentar cadena perpetua.
«No pensó en los hijos que tenían en común hdrmp… hoy todos te lloramos mi amor. Me duele el corazón, no puedo creer que haya tipos tan asesinos, denle perpetua, ella no se merecía esto, tan buena trabajadora y que hoy cerró sus ojitos por este mal nacido», señaló otro familiar en Facebook.
Redacción Maduradas con información de Clarín.
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