Más de uno recuerda con claridad la escena de una película de terror en la que Chris MacNeil encuentra escucha los gritos de su hija Regan McNeil pidiendo ayuda y al entrar a su cuarto la encuentra en la cama maldiciendo y con un crucifijo entre las piernas ensangrentadas, y al acercarse es empujada con una fuerza bestial contra la pared y luego la cabeza de la joven gira 180 grados para decirle a la madre: ¿Sabes lo que hizo la cerda de tu hija?».
Se trata de uno de los papeles más controversiales de la historia del cine que cuenta cómo una niña de 12 años fue poseída por el demonio.
Se trata de la película El Exorcista, donde la niña es interpretada por Linda Blair, quien fue seleccionada de entre 600 aspirantes en un casting donde incluso superó a Melanie Griffith y Laura Dern.
Blair comenzó su carrera a los cinco años como modelo ganando popularidad como imagen de los catálogos Macy’s y una serie de publicidades de The New York Times; sin embargo, a los 13 años ya no lograba quitarse el estigma diabólico de la película que la hizo reconocida a nivel mundial.
Una de las razones que le hizo a Blair ganar el papel fue su temple para poder interpretar al bien y al mal, incluso el guionista y productor de la cinta, William Peter Blatty, reveló que no esperaba encontrar a una niña de esa edad capaz de hacer la interpretación que necesitaban.
«Piensen en lo shockeante de la trama, del lenguaje, en la escena de la masturbación con el crucifijo… ¡Dios mío!», señala al respecto.
Incluso se había considerado a Jamie Lee Curtis para el rol, pero su madre, la actriz Janet Leigh, consideró que era demasiado joven para hacerlo.
Pero Blair sorprendió al director, William Friedkin, desde el inicio cuando le preguntó a la muchacha si había leído el libro y ella respondió: «Es sobre una chica que es poseída y hace un montón de cosas malas», a esto cuestionó el director: «¿Cosas malas como qué?». Y ella nuevamente habló muy acertada: «Empuja a un hombre por la ventana de su cuarto, le pega a su madre y se masturba con un crucifijo».
Después de ser seleccionada la joven estuvo expuesta a estrés, tuvo que convivir con una macabra muñeca de ella misma en tamaño real y someterse a largas sesiones de maquillaje para lucir poseída, además de cumplir los duros métodos de Friedkin, como ser colgada de un arnés para una escena en la que levita y cae con fuerza, lo que dejó secuelas en su columna de por vida.
Durante las grabaciones la joven se fracturó una vértebra y más tarde tuvo que ser operada, pues había padecido dolores crónicos durante años.
«En ese momento no recibí asistencia médica, no llamaron a un doctor. Creyeron que estaba actuando», ella asegura que sus gritos en la película son de dolor real.
Asimismo, existen rumores que aseguran que el director fue el responsable de una campaña de marketing para asegurar que una maldición perseguía a la película, aunque algunos hechos hicieron que la duda fuera más grande: un incendio destruyó el set en Nueva York y la única parte del estudio que no sufrió daños fue el cuarto que se usaba para las escenas del exorcismo de Regan; la muerte de varias personas relacionadas con el equipo como la del actor Jack MacGowran y la actriz Vasilik Mailiaron, cuyos personajes morían en la película, así como el encargado de refrigeración, un sereno y el abuelo de Blair.
Luego del estreno del film en diciembre de 1973, se reportaron desmayos, vómitos, infartos y por lo menos un aborto espontáneo en las salas de cine, y se señalaba a la película de causar trastornos mentales en los espectadores y hasta se usó en el argumento de defensa de un asesino que aseguró quedar poseído tras ver el largometraje.
Sin embargo, los rumores no le restaron éxito, había colas en las salas y la cara de Linda Blair se convirtió rápidamente en sinónimo del diablo.
Luego de esto se habló de un supuesto brote que tuvo la actriz y que tuvo que ser internada en un psiquiátrico, pero en respuesta la productora Warner Bros la envió a una gira promocional para acallar los rumores.
En una entrevista de la época Linda Blair responde las preguntas de la prensa sobre si en realidad había quedado afectada psicológicamente por las grabaciones y ella respondió sonriente: «Creo que la gente sintió que iba a traerme problemas, pero no es así».
Mucho después ella confesó: «Hice mi trabajo sin preguntar quién era el diablo, fui profesional. Pero terminó la película y mi historia cambió«.
Sobre los cambios en su vida detalló: «Ya no podía ir al supermercado, ni a una tienda, ni a ningún lado. La gente me veía y se moría de miedo. No podían separar la película de la persona: me miraban como si fuera el diablo«.
Además de esto fue acosada por grupos religiosos y fanáticos que aseguraban que ella estaba poseída y la amenazaban con secuestrarla, tuvo que esconderse en casas de amigos de sus padres y Warner tuvo que contratar guardaespaldas durante varios meses para garantizar su seguridad.
Esto parece haberle dejado un trauma: «Creo que es una de las principales razones por las que nunca tuve un hijo: tenía terror de que lo secuestraran».
Blair consiguió 10 nominaciones al Óscar, entre ellos a Mejor Actriz de Reparto, y ganó un Globo de Oro.
Pese a su actuación y al reconocimiento que recibió, era imposible ser considerada para un rol que no estuviera relacionado con el de una chica en peligro, como quedó demostrado en sus siguientes trabajos «Nacida Inocente (1974)» donde era abusada por sus compañeras en un centro de menores y Sarah T. Retrato de una adolescente alcohólica (1975).
A sus 15 años inició una relación con el actor y cantante Rick Springfield, quien era 10 años mayor que ella, lo que resultó un completo escándalo.
En una biografía el cantante habló de la relación entre ellos: «Fui su primer amante y ella era una aprendiz entusiasta. Compartimos el amor por los perros y el sexo, por separado, no en combinación. La mayoría de las veces no salíamos del departamento. Acudimos a ciegas e inocentemente a la masacre de los medios. Nos impactaban los artículos indignados en la prensa sobre nuestro asunto».
Después le tocó el turno a su relación con el guitarrista de Lynyrd Skynyrd, Gary Rossington, cuando iba hacia el funeral del cantante de la banda, Ronnie Van Zant, en 1977, cuando fueron sorprendidos por una reda policial donde Blair, de 17 años, terminó acusada de posesión y venta de anfetaminas y cocaína.
Pasó nueve meses en un centro de rehabilitación y luego hacía labores comunitarias con apariciones públicas ofreciendo mensajes a los jóvenes sobre los peligros de las drogas.
En ese año se estrenó la secuela de El Exorcista, El Hereje, que recibió malas críticas. Mientras que Blair era burlada por haber engordado y terminó sufriendo depresión.
En 1981 sostuvo un romance con el músico Rick James que fue muy sonado por sus orgías y adicción al crack, lo que la dejó con pocas opciones laborales y terminó aceptando papeles en películas Clase B y thrillers eróticos, posó desnuda para Playboy en un intento por demostrar que había recuperado su figura.
Su sueño antes de El Exorcista era ser veterinaria, pero no fue hasta 2004 cuando se acercó a esa afinidad al crear la fundación sin fines de lucro Linda Blair WorldHeart Foundation, dedicada a rescatar y rehabilitar animales abandonados.
Después de esto Blair, ahora con 62 años, cambió su alimentación, se hizo vegana y escribió un libro sobre su experiencia.
Hace 10 años en una entrevista con El País le preguntaron: «¿Usted también cree en la maldición de El Exorcista?», a lo que ella respondió: «Para mí, el diablo no es cosa de broma –responde Blair–. Pero es la gente la que no me deja olvidar de El exorcista. La fama hizo mi vida imposible».
Redacción Maduradas con información de Infobae.
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