Este miércoles 25 de noviembre, falleció el futbolista argentino Diego Armando Maradona, luego de sufrir un paro cardiorespiratorio en su vivienda, mientras se recuperaba de una operación a la que fue sometido hace varios días.
De acuerdo con lo reseñado por Emiliano Sotomayor en el portal Olé, Maradona habría despertado bien y habría ido a caminar. Luego de esto, aparentemente, se fue a dormir y, cuando le fueron a administrar su medicina del mediodía, no despertó.
«Cuando fueron a levantarlo para darle la medicación, ya no respondió«, escribió Sotomayor al respecto.
Así mismo, comentó que al menos cuatro ambulancias llegaron, de urgencia, a la casa del barrio San Andrés para prestar apoyo en su resucitación. Sin embargo, para entonces, ya Maradona había fallecido.
Vale mencionar que los días previos al fallecimiento del “pelusa” estuvieron marcados por dificultades de salud, así como de “bajones” anímicos. De acuerdo con lo reseñado por Clarín, esto habría provocado que los médicos postergaran el momento de su retorno al trabajo.
El “número 10” estuvo sometido a un tratamiento intensivo para estabilizar su estado anímico y físico que estaban ya muy deteriorados, por lo que la recuperación debía ser a largo plazo.
Maradona era monitoreado, durante las 24 horas, por una enfermera; hacía ejercicios con un kinesiólogo para mejorar su motricidad; y estaba rodeado de sus afectos, como sus hijos que lo visitaban asiduamente. Estos mismos allegados habían manifestado que, durante los días previos a su cumpleaños 60, nada lo motivaba.
Por este motivo, los médicos señalaban la importancia de que Maradona recuperara sus ganas de disfrutar la vida, alejado de las tentaciones y vicios. Veía la posibilidad de dar, en algún momento, clases de gimnasio. Sin embargo, ese día nunca llegó.
Redacción Maduradas con información de Olé y Clarín Deportes
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