Los venezolanos se lanzaron a hacer cola desde horas de la noche y la madrugada, sabedora que en este histórico domingo 28 de julio no se trata de una fiesta, sino de un ejercicio de resistencia contra el poder.
Miles y miles de personas esperaron pacientemente durante la noche, provistas de sillas, incluso con sus partidas de dominó en los 23 estados del país. Intentaron amedrentarles, con los paseíllos de paramilitares en motocicleta, incluso con disparos al aire pero no funcionó.
Los electores comenzaron a concentrarse en los centros electorales en Barinas, Mérida, Zulia, Carabobo, Bolívar, Falcón, Amazonas y Sucre desde las 7:00 p.m. del sábado y a las 6:00 a.m., las colas enormes adornaban buena parte de los centros de votación. Una hora después de la apertura, sólo en el 60% de los centros se podía votar.
«Muchísima gente, jamás se había visto algo así antes. Vamos a ganar a Maduro. Aquí ya estábamos desde las 2 de la madrugada», aseguró a EL MUNDO Kenia Gutiérrez, una de las responsables opositoras en el Colegio Nuestra Señora del Valle, en el estado llanero de Guárico.