Un hombre estaba en una sábana y tirado en una acera de Caracas, junto a él estaban varios voluntarios que recorre las calles de la ciudad para repartir comida a personas vulnerables, al ser consultado sobre si siente algún dolor, responde dudoso sobre la posibilidad de haber sido envenenado.
Dos paramédicos lo atienden y le dan medicamentos para el dolor, aunque no acepta fácilmente por temor a que puedan matarlo, un miedo que vcomún entre quienes viven en la calle.
«Creemos que lo que tiene es viral y no está envenenado como él piensa», consideró Jeniffer García, una de las voluntarias, luego de atenderlo.
Además, agregó: «Muchas personas en condiciones de calle son maltratadas por otros y viven esta situación que constantemente los están atacando y quiere matarlos«.
Son al menos 120 voluntarios de la ONG Regala Una Sonrisa atienden a adultos y niños, personas que buscan comida en la basura y algunos otros que recogen materiales de reciclaje, les ofrecen comida y siguen su camino.
Los voluntarios llevan aproximadamente 100 arepas rellenas con jamón y queso, acompañados con jugos, además de bolsas con ropa ordenadas por tallas y juguetes.
«Consiste en dar una atención primaria a las personas que están en situación de calle por distintas razones, por ejemplo, adicción, abandono, abuso… en fin, en problemas. Nosotros le damos una primera atención para entonces luego invitarlos a dar un siguiente paso, tal vez con miras a reinserción social«, explicó Rick Rosell, vicepresidente de la ONG.
Este grupo de voluntarios está liderado por Francisco Suares quien ha detallado que brindan ayuda a quienes la aceptan, sin insistir.
Los voluntarios, a bordo de varios vehículos, se detienen cuando alcanzar a ver a una persona vulnerable le preguntan si quiere algo de comer o si tiene problemas de salud, brindan el apoyo que la persona requiera.
Redacción Maduradas con información de VOA.
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