Es ya bien sabido que los hijos de los “líderes” revolucionarios son el equivalente a los hijos de reyes, a los “infantes” de las monarquías. En España reciben el tratamiento de “su alteza real”. En “revolución” los llaman por sus nombres, pero igual que los infantes son figuras consentidas del erario público.
Generalmente no tienen profesión alguna, pero si gozan del poder de “representación” que les da esa condición de hijos. En el día de ayer estuvo de visita en Caracas el “infante” Antonio Castro, hijo de Fidel Castro. ¿A qué vino? No se sabe, pero tampoco importa. Fué recibido por la “infanta” Rosa Virgina Chávez, quién fungió de guía en un tour por el Museo de la Montaña. Y como todo buen revolucionario, Castro lució un costoso reloj en su muñeca izquierda, en su caso un “Nautica” de hechura estadounidense. El acompañamiento de los infantes se le encargó al primer teniente Juan Escalona, quien fuera el último ayudante de Hugo Chávez Frías, y que también en su condición de “revolucioanario” llevaba puesto un moderno reloj multifunciones ”Samsung Galaxy”.
¿Ser rico es malo no? Solo si eres pendejo.
Imagen cortesía de La Patilla.