Un reciente artículo difundido por The Washington Post denuncia que, en medio de la cobertura mediática que da énfasis a la crisis política y social en Venezuela, un tema importante ha quedado relegado al olvido: los abusos y tentativas de abuso sexual de parte de sacerdotes católicos hacia menores de edad.
Según el medio de comunicación, aunque muchos de estos curas que han sido denunciados han sido procesados, muchas veces, son liberados antes de tiempo y regresados a sus funciones en sus ministerios.
Tal es el caso del sacerdote Luis Alberto Mosquera, quien fue sentenciado, en 2006, a más de siete años de prisión por haber abusado sexualmente de un niño de seis años de edad que, por entonces, había decidido ser un católico practicante y convertirse en monaguillo.
«Si quieres ser monaguillo, debes pasar una prueba«, habría dicho Mosquera. Años más tarde, el testimonio del niño sobre aquella tarde en la casa parroquial resultaría crucial: un juzgado concluyó que Mosquera había abusado sexualmente de él.
Pese a la condena, sin embargo, Mosquera no terminó su sentencia, aparentemente, por el temor de los abogados del mismo por lo que podría ocurrirle en prisión. De allí, solicitaron su libertad condicional, la cual le fue concedida. Tras dos años, fue liberado y regresó a la iglesia en el estado de Lara, donde todavía es sacerdote.
Sin embargo, el caso de Mosquera solo es uno de los 10 que investigó The Washington Post y que involucran denuncias de abuso sexual infantil de los últimos dos años.
El portal afirmar que, la mayor parte de los casos, datan de 2001 a 2022, e incluyen a sacerdotes condenados por supuesto abuso que fueron liberados antes de tiempo o que no cumplieron ningún tiempo en prisión. En al menos tres casos, a los sacerdotes se les permitió regresar al ministerio.
Al parecer, existe un patrón que sugiere la colusión entre un sistema judicial corrupto y la Iglesia para proteger a los perpetradores en lugar de a las víctimas. El elemento común en los 10 casos: los niños involucrados procedían de entornos pobres y vulnerables.
Otros casos
Aparentemente, los sacerdotes que han incurrido en actos similares, su estatus dentro de la iglesia parece haberles brindado una suerte protección.
Tal es el caso de un sacerdote en Zulia que no pasó tiempo en prisión a pesar de haber sido condenado por abuso sexual agravado en contra de una niña de 12 años. Así mismo, un cura del estado Falcón se declaró culpable de cometer un acto carnal contra una joven de 14 años; sin embargo, se le concedió arresto domiciliario con la condición de que se mantuviera alejado de la víctima. Regresó a la Iglesia, donde hoy continúa con su ministerio.
En el mismo orden de ideas, un sacerdote en el estado de Mérida intercambió mensajes de texto con una niña de 13 años, la llevó a una habitación de hotel y la besó. La niña también testificó que él trató de levantarle la camisa. Sin embargo, sus abogados argumentaron que ella quería irse con él y no se consumó ningún acto sexual. Fue declarado no culpable de actos lascivos agravados en 2006.
Redacción Maduradas con información de The Washington Post
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