En cadena nacional, el presidente Nicolás Maduro aseguró que está dispuesto a acabar con el contrabando que se lleva a cabo en el país, y que para ellos aprobó una de Ley de Precios Justos (vía Habilitante) para combatir esta lucha. “El contrabando pasó a tener un tratamiento como el delito de drogas (…) a los contrabandistas que desvíen los productos se le aplicarán diez años de cárcel y confiscación de bienes”. Para llevar a cabo este plan, el máximo mandatario aseguró que iba a activar una nueva medida económica denominada “Precio Justo al Pueblo”, y que para ella contaba con un total de “27 mil patriotas cooperantes”. ¿En serio? ¿Tantos?
Recordemos que el término “Patriota cooperante” fue bautizado por el régimen “a la figura fuera del ámbito de la ley, que contempla darle legalidad a informantes afectos al régimen, quiénes en condición de anónimos, cooperan con los cuerpos del estado, denunciando, a quiénes ellos consideren, efectúen actos contrarios al régimen y que según alegan, pudieran afectar su estabilidad”. Pues según Maduro sí. Y es que esa gran cantidad de “camaradas” serán desplegados por todo el país “Tiene que acabarse la venta y distribución de primera necesidad en la calle”.
Sapo cooperante
“Patriota Cooperante”, así bautizó el régimen a esta nueva figura fuera del ámbito de la ley, que contempla darle legalidad a informantes afectos al régimen, quiénes en condición de anónimos, cooperan con los cuerpos del estado, denunciando, a quiénes ellos consideren, efectúen actos contrarios al régimen y que según alegan, pudieran afectar su estabilidad.
Desde abril 2014, se han presentado más de 50 casos de detenciones, dónde la figura del “Patriota Cooperante” es el protagonista. Tal es el caso del “ruso” en el cafetal, quien fue denunciado por vecinos, por participar en las protestas de calle, que se han realizado, desde febrero 2014 a la fecha. En ese caso en específico, no lo encontraron en el allanamiento a su residencia y se llevaron a su esposa, quien a la fecha tenía 8 meses de embarazo.
Otro caso muy sonado, dónde el “Patriota Cooperante”, fue determinante en la detención fue el de Rodolfo González, de 65 años de edad, residente en Macaracuay, activo políticamente en contra del régimen desde siempre, aviador retirado y que ahora está preso en el Sebin, por adjudicársele, conspiración para un golpe de estado. Ha sido nombrado innumerables veces en cadena por Maduro e incluso por Diosdado. Esta detención en horas de la madrugada, fue acordada por la declaración de un “Patriota Cooperante” y el resultado fue, Rodolfo y su señora, Josefa de González de 67 años de edad, presos. Ya la señora se encuentra en libertad bajo régimen de presentación.
El último caso emblemático de los “Patriota Cooperante”, como así se identifican en las actas policiales consignadas por las diferentes fiscalías, ante los tribunales de control, sin que presenten nombre o cédula que los identifique como tal, es el del activista político de Voluntad Popular, el estudiante de la USM, Rosmith Mantilla. El mismo fue detenido por el Sebin en su residencia, junto a su abuelo de 77 años, por denuncia de un “Patriota Cooperante”, que alegó sin pruebas, sólo su testimonio el cual fue tomado como cierto, que Rosmith, recibió, Bs 20.000 para realizar actos desestabilizadores al régimen. Esa persona sin identificación alguna, fue al Sebin a interponer denuncia en fecha 23/4/14 y el allanamiento, ocurrió una semana después, sembrándole sobres con la cantidad de dinero que el “Patriota Cooperante”, alegó, haber recibido. Hoy Rosmith se encuentra privado de libertad y está acusado de instigación al odio, asociación para delinquir, obstaculización de vía pública e incendio a un edificio. Totalmente desproporcionado e incongruente.
Lo grave de estas figuras al margen de la ley y el peligro de ello, es que el TSJ como poder secuestrado, les de legalidad y pasen a ser piezas claves en los procedimientos judiciales, dándole un nombre así, a la cacería de brujas. Esto se convertiría en una persecución de opositores, sólo por pensar diferente y que de pronto, por el fanatismo de un vecino, amigo o familiar, sea denunciado como terrorista o conspirador sin pruebas de ello.
Hay que hacer que la sensatez y la cordura regresen o estaremos ante la presencia de una sociedad forajida, que busca venganza por sus propios medios. Así está Venezuela.
Con información de La Patilla