El regulador nuclear de Japón aprobó este viernes 22 de julio un plan para liberar más de un millón de toneladas de agua contaminada de la planta de Fukushima al océano, lo que provocó el malestar de China por los daños medioambientales que esto provocaría.
De acuerdo a la información suministrada por la agencia de noticias AFP, este proyecto ha sido adoptado por el gobierno y respaldado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), pero el operador de la planta, Tepco, aún debe convencer a las comunidades locales para seguir adelante.
La OIEA manifestó que cree que este proyecto se realizará “en pleno cumplimiento de los estándares internacionales” y que “no causará daños al medio ambiente”.
Lo que se sabe, es que el plan consiste en verter de forma paulatina al océano Pacífico más de un millón de toneladas de agua contaminada con tritio, un radionucleido que no puede ser eliminado por las tecnologías actuales, pero cuya dilución en el mar ya se practica en Japón y en el extranjero, en instalaciones nucleares en funcionamiento.
Esta agua tritiada proviene de la lluvia, aguas subterráneas o inyecciones de agua necesarias para enfriar los núcleos de varios reactores nucleares de Fukushima que se fusionaron debido al tsunami del 11 de marzo de 2011.
Redacción Maduradas con información de AFP
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