El fanatismo puede tornarse peligroso, y hasta obsesivo. Lo vimos en pleno auge del chavismo. Decenas de personas se tatuaban la cara y firma del ya fallecido Hugo Chávez, al que lloraron sin cesar cuando murió.
Sin embargo, aún no muere ese interés o “amor”, si puede decírsele así, por él. ¿Lo más reciente? Una señora aprovechó el obituario que publicó dedicado a su sobrina muerta para pedirle que le mandara saludos a su “comandante”.
“Niña, si ves a mi presidente Chávez en el cielo, dile que tu tía Ada lo quiere con toda su alma y que cada día que pasa me hace más falta, a mí, y a todos los que lo amamos”, escribió la mujer en tono de dedicatoria.
El periodista Alberto Rodríguez, corresponsal de Telemundo en Venezuela, fue quien difundió vía Twitter la imagen que dejó atónito a más de uno.