La inflación en Venezuela no parece tener control. Mientras el sueldo sube por las escaleras, los precios de los productos suben por el ascensor y como consecuencia, el venezolano común debe dejar de comprar productos necesarios para sobrevivir con lo básico. El hambre y la desnutrición son el nuevo legado del chavismo.
De acuerdo al más reciente reporte del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas), la Canasta Básica Familiar (CBF) de agosto fue de 502.881,34 bolívares. Esto representa una incremento de 8,1% con respecto a julio, en el cual la cifra se ubicó en 465.034,79 bolívares.
Para cubrir el exagerado monto de 502.881,34 bolívares, un venezolano debe reunir lo correspondiente a 22 sueldos mínimos, o casi dos años de trabajo.
La organización explicó que seis rubros incrementaron su precio.
La cesta de artículos de higiene y limpieza del hogar pasó de 18.826,33 bolívares a 25.386,67, lo que equivale a un aumento de 34,8%.
Por su parte, los alquileres residenciales se elevaron en 28,9%: de 11.400 a 14.700 bolívares.
Los servicios básicos también sufrieron un repunte importante por causa de la inflación. Incrementaron desde los 6.816,26 a 7.916,26. Esto ocurrió sobre todo por las variaciones de las tarifas del transporte.
En plena época de inicio de clases, el costo de la educación aumentó de una media de 36.902,25 bolívares a 41.271,68 (11,8%).
Luego figuran el vestido y el calzado, que aumentaron 9,6%. Y, por último, la cesta alimentaria, que subió 5,5%.
Con información de El Nacional.