Un puñado de vándalos robó este viernes 22 de noviembre un autobús del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) para saquear un supermercado del sur de Bogotá durante nuevos disturbios generados por el rezago de las multitudinarias protestas de ayer contra las políticas del Gobierno del presidente Iván Duque.
El hecho ocurrió en cercanías al hospital Meissen, en la barriada de Ciudad Bolívar, donde un nutrido grupo de personas comenzaron a arrojar piedras y objetos contundentes al autobús, hicieron bajar al conductor y luego se robaron el vehículo en un enfrentamiento con la Policía.
En videos publicados en redes sociales se ve a decenas de vándalos, muchos de ellos encapuchados, colgados de las ventanas rotas del autobús mientras está en movimiento.
Después se dirigieron a un supermercado, cuyas puertas rompieron con el autobús y comenzaron a saquearlo hasta que llegó la Policía para controlar la situación.
Fuentes de la Policía de Bogotá confirmaron a Efe que el autobús fue recuperado minutos después por las autoridades.
En Bogotá, desde temprano, el sistema de transporte público masivo Transmilenio fue bloqueado por personas que no permitieron que los autobuses iniciaran su recorrido en varias estaciones del sur de la ciudad y de Soacha, municipio aledaño a la capital.
Por esos bloqueos el ESMAD llegó a la zona donde se robaron el autobús y allí fueron recibidos por vándalos que les lanzaron piedras y palos.
En esa zona también fue cerrado el TransMiCable, un servicio de teleférico que conecta los puntos más altos de Ciudad Bolívar.
Este panorama se repitió en otros sectores de la ciudad como en el Portal de las Américas, uno de los terminales donde inician su recorrido varios autobuses en el occidente de la ciudad y donde el ESMAD llegó para controlar a los manifestantes que quemaron neumáticos.
El Portal del Norte también fue cerrado por una multitudinaria manifestación estudiantil, lo que obligó a muchos usuarios a bajarse de los autobuses y a caminar para llegar a sus destinos.
Frente a esta situación el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, decretó la ley seca para evitar desmanes como los del jueves, que según dijo provocaron daños “que superan los 20.000 millones de pesos (unos 5,8 millones de dólares)”.
Miles de colombianos coparon ayer las calles de Bogotá, Cali, Medellín y otras principales ciudades hasta bien entrada la noche, cuando un súbito cacerolazo retumbó en la mayoría de los barrios de la capital y contagió a otras localidades.
La protesta fue convocada por sindicatos y movimientos sociales que rechazan el “paquetazo” de medidas económicas que, dicen, el Gobierno del presidente Iván Duque quiere proponer al Congreso para modificar el régimen laboral y de jubilaciones en detrimento de los trabajadores.
Durante la jornada del jueves, al menos tres personas murieron y 98 más fueron capturadas por los desmanes en todo el país, informó hoy el ministro de Defensa, Carlos Holmes Truijllo.