Después de que la semana pasada denunciaran ante los medios la inhumana situación en la que viven los ancianos recluidos en la sede del Instituto Nacional de Servicios Sociales de Naguanagua, Carabobo, fueron despedidos varios ciudadanos que trabajaban en la institución.
El Pitazo reseñó el testimonio de María Mercedes Silva, quien laboró en ese lugar por más de 15 años. La señora responsabilizó a la directora de la institución, Miriam Teresa Sequera, de los despidos. ¿La razón? Los trabajadores informaron sobre el incremento de complicaciones de salud en los abuelitos por falta de medicinas y por la alimentación deficiente que reciben a diario.
“Nos botaron por la denuncia que hicimos. No podemos callar que eso es deprimente; no hay insumos médicos, los adultos se están muriendo. Van 34 fallecidos en lo que va de año, sólo en agosto murieron 17; están bajos de peso. Esto debe ser inspeccionado. Les lavan la ropa con gasoil, eso afecta la respiración de los abuelos”, afirmó la extrabajadora a la periodista Ruth Lara Castillo
Otro lote de trabajadores fueron despedidos en enero de 2016 por rechazar la deplorable gestión de las autoridades del asilo, al que bautizaron como «el geriátrico de Bárbula”, indicaron que desde 2015 han formalizado las denuncias ante distintas instancias, sin recibir respuestas satisfactorias.
La directora ha sido citada tres veces al Consejo Legislativo y nunca asistió, afirman los trabajadores despedidos.