En 3.000 bolívares se consigue, por la medida chiquita, un pollo en brasa en Venezuela. Comerciantes dicen que se les hace imposible disminuir los costos por los cambios constantes de la economía.
Manuel Salazar, quien tiene un local desde 2006, dijo “a veces hay alzas de una semana para otra y no podemos hacer más nada. O compramos a ese precio o no seguimos en el negocio”, reseñó Sumarium.
Este mismo comerciante destaca que a finales de 2014 un pollo asado costaba unos 1.500 bolívares, luego a principios de 2015 se incrementó a 2.500 hasta que finalmente cerró diciembre en 2.800 bolívares.
Esos 3.000 bolívares se traducen en ocho días enteros de trabajo para el que cobra los 11.578 bolívares que corresponden al sueldo mínimo.
Salazar declaró que cuando el recién montó el negocio un pollo costaba a penas 14 bolívares. “Hace tres años, por ejemplo, el valor oscilaba entre 180 y 200 bolívares, pero lo más fuerte ha venido ocurriendo desde el año pasado hasta ahora”.
Claro, estos costos sin contar los contornos inevitables que le agregamos al pollo como los bollitos y la ensalada. Por ejemplo, el costo de la harina de maíz está a 9.000 bolívares.
“Cada mes aumenta el precio del pollo. A todos nos gusta y es una alternativa rápida, pero si sigue aumentando no podremos pagar por ese menú. Es increíble cómo ha subido”, sentenció Samira Gómez.
Para David Sánchez “comer pollo asado es un lujo en este país. Desembolsar tres mil bolívares es lo de menos, el asunto es cuánto tiempo debes trabajar para ganarte ese dinero”.