El pasado sábado 23 de febrero, cuando estaba previsto que ingresara la ayuda humanitaria al país, en medio de las confrontaciones en la frontera colombo venezolana, los camiones terminaron en llamas y los voluntarios tuvieron que arriesgar sus vidas para salvar los donativos.
Con una cadena humana, las cajas con alimentos y medicinas iban pasando de mano en mano hasta llegar a un cuarto camión que estaba distante del fuego y bajo unos toldos de Migración Colombia.
Allí las fueron organizando para resguardar los donativos, evitando que las llamas hicieran más estragos con la intención internacional de salvar vidas de las personas más vulnerables en Venezuela.