La tenista japonesa Naomi Osaka fue la encargada de encender el pebetero en el Estadio Olímpico de Tokio, para así decretar formalmente el inicio de los Juegos Olímpicos 2020. Vale recordar, que la llama permanecerá flameando durante toda la competición deportiva.
Nacida en Osaka (Japón) la cuatro veces campeona de tenis de Grand Slam, quien se mudó a Estados Unidos a los tres años, es una de las máximas representantes niponas en los Juegos Olímpicos.
«Sin duda, el mayor logro atlético y el honor que jamás tendré en mi vida. No tengo palabras para describir los sentimientos que tengo en este momento, pero sé que estoy llena de gratitud y agradecimiento. Corazón rojo los amo chicos, gracias», escribió la tenista en Twitter.
De esta manera, Osaka se transformó en la primera representante del tenis que encendió un fuego olímpico a lo largo de la historia. Y en la última de los 10.515 relevistas que durante 121 días recorrieron las 47 prefecturas del archipiélago, en gran parte de los casos fuera de la vía pública por la pandemia del COVID-19, de acuerdo a datos proporcionados por ESPN Deportes.
Otras tres tenistas participaron en la ceremonia de inauguración, ya que fueron elegidas por sus delegaciones nacionales para llevar las banderas de su países, fueron: la dos veces campeona de Wimbledon, Petra Kvitova, quien fue una de las abanderadas de la República Checa, la campeona de Roland Garros 2017, Jelena Ostapenko, recibió el mismo honor del equipo letón, y Verónica Cepede Royg, quien fue una de las abanderadas por parte de la delegación de Paraguay.