En mi condición de militante, orgulloso de las bases en todo el país del partido político Primero Justicia; me dirijo a ustedes a los efectos de consignar por escrito mi renuncia irrevocable a esta Junta Directiva Nacional. Esta decisión, que ya expresé verbalmente en la reunión del jueves 19 de septiembre de 2024, se fundamenta en la perdida de visión de esta Junta, en la falta de unidad interna y conducción colegiada, en la existencia de diferencias irreconciliables entre gran parte de nosotros con un grupo interno de esta propia Junta, en la falta de transparencia y rendición de cuentas de los administradores; que lo único que hacen es debilitar al partido, hacerle sentir a la militancia el extravío del mismo y por tanto cada día aumentar la desconexión con el sentimiento y los anhelos de cambio de los venezolanos.
La Junta de Dirección Nacional hoy día no tiene un plan claro ni una propuesta política sólida que le abra caminos democráticos al país en tiempos de tanta turbulencia e incertidumbre. La inercia nunca será la solución. Más luego de la elección presidencial del 28 de julio de 2024 y el robo de la soberanía popular por parte de quienes están en el poder en Venezuela.
Hemos caído lamentablemente en una práctica en la que un pequeño cogollo en unos cargos quiera imponer sus intereses. Intereses que además no son claros con la razón de ser de esta organización política. Ya es costumbre que el mensaje que se transmite en nombre del partido no responde a los valores colectivos sino a la «agenda» de una suerte de caudillo, quien con sus colaboradores, se cree amo y señor de una organización que le pertenece a la militancia y a la vida política del país. No fundamos Primero Justicia para ser mandaderos de alguien o de un grupito además divorciados de la realidad de los venezolanos. Fundamos Primero Justicia para generar un cambio en la política venezolana, sanearla, abrirla, profundizar la democracia. Lo fundamos para hacer política de manera honesta, con principios y valores para contribuir en la construcción de un gran país, con bienestar para la gente, especialmente los más vulnerables. A pesar de las dificultades actuales, sigo creyendo en ese objetivo y sigo creyendo en la mayoría de la dirigencia y militancia de este partido.
Lamentablemente esta Junta hoy es una instancia alejada y agotada. Ojalá que la descomposición y decadencia en la que cayó este espacio no termine destruyendo a Primero Justicia en los estados, municipios y parroquias y a su valiosa dirigencia, entre ellos a muchos de ustedes. Invito a los compañeros preocupados por la situación interna a continuar en la búsqueda de una conducción que los guíe con grandeza, humildad y desprendimiento. Poniendo de lado la mezquindad, el sectarismo y trabajando por una verdadera unidad para el encuentro de todos. Una conducción venezolana y. por venezolanos y en defensa de los intereses de los venezolanos que padecen la grave crisis que hoy vive nuestra patria.
Mi compromiso con Venezuela seguirá intacto. Seguiré luchando acá, junto a nuestra militancia y con muchos de ustedes, para abrir caminos que conduzcan a un futuro mejor para nuestra Venezuela. Un futuro donde la voluntad y los sueños de los venezolanos sean respetados y donde podamos lograr un país de oportunidades y con justicia para todos. Una Venezuela de paz y prosperidad, una Venezuela profundamente democrática.
Finalmente, debo mencionar que ante todas las bajezas a las cuales hemos sido expuestos algunos militantes de Primero Justicia, por parte del señor Julio Borges, quien maneja las comunicaciones del partido dándole prioridad a sus intereses particulares y quien además tiene una larga historia en el uso pagado de redes y portales para atacar y desprestigiar, incluso a miembros de este partido y de la oposición democrática venezolana; me reservo el derecho de hacer pública esta carta y dejar claro ante nuestra militancia y el resto de los venezolanos las verdaderas razones de mi salida de la actual Junta Directiva Nacional de Primero Justicia.