En la mañana del pasado viernes 21 de octubre, autoridades colombianas dieron a conocer los cuatro allanamientos en los que se materializaron las capturas de la mamá, el padrastro, la abuela y otros miembros del grupo familiar de un menor de edad, identificado como Maximiliano Tabares, que se encuentra desaparecido.
La Policía Nacional, a través de la Operación San Gabriel, pudo inferir que los aludidos serían los ejecutores del aterrador crimen que llevó a la desaparición del niño de seis años de edad.
Según Semana, los capturados se dedicaban a realizar ritos satánicos que podrían guardar relación con la desaparición del niño.
En los operativos que realizaron los uniformados, encontraron, debajo de la cama y en otros espacios, objetos satánicos, como muñecos vudú. También se habrían detectado varios libros sobre estas prácticas, cuchillos y frascos con diferentes hierbas.
El secretario de Seguridad Humana de la Gobernación de Antioquia, Luis Fernando Suárez, afirmó que seguirán en el trabajo de encontrar el cuerpo del niño, para esclarecer los hechos.
Hasta los momentos, aunque los hechos siguen siendo un misterio, las autoridades tratan de establecer si la desaparición del menor se trataría de un negocio para encontrar una guaca de oro.
Otros familiares
Otros ingresantes de la familia del menor lamentan su desaparición y aseguran que, desde el principio, sospecharon que la madre no estaba diciendo la verdad.
Elkin Tabares, uno de los tíos del menor, aseguró que la noticia le cayó «como un balde de agua fría», porque el niño era de los más protegidos y mimados del hogar: es la semilla que les dejó su hermano que falleció, violentamente, hace varios años.
Redacción Maduradas con información de Semana
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