La distribución de las cajas de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) se ha convertido en un negocio muy jugoso para quienes están involucrados en su comercialización en el país.
El equipo de «Testigo Directo» -trabajo periodístico de venezolanos y colombianos- investigó qué hay detrás de este sistema al quecalifican como un «negocio muy turbio» y un gran foco de corrupción.
Recuerdan que además de las empresas que venden los productos y los «bachaqueros» a lo interno del país, estaría el empresario colombiano Alex Saab como beneficiario de este «negocio» a través del lavado de dinero que recibe Maduro.
Denuncian también que grupos armados tienen control sobre la distribución de los productos, y en municipios fronterizosmiembros de la guerrilla se encargan de repartirlas a las familias.
«Los CLAP son un gran negocio y no un plan para dar comida a los pobres (…) A cierta empresa le piden productos de baja calidad y a bajo costo. Por ejemplo, compran una leche a 0.70 centavo de dólar, pero el gobierno la factura a 6 dólares y se gana 5 dólares con cada leche . Si repartieron 27 millones de cajas CLAP en 2018 como dice el gobierno, solamente en leche ganaron 135 millones de dólares», comenta la periodista.
Destacan además que la caja también es un instrumento de control social
Redacción Maduradas
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