Un nuevo caso de corrupción está descubierto. La compra hecha por el ahora Canciller Rafael Ramírez de 70 millones de bombillos ahorradores, vendidos por China a Cuba y revendidos a Venezuela. En la negociación intervino el cubano Ramiro Valdez, ya conocido en el país por sus manejos de magia siniestra.
Los bombillos fluorescentes están siendo retirados de cuarteles e instituciones gubernamentales por contener mercurio en vapor altamente contaminante, con riesgo para la salud humana. Desde el año 2009 venían siendo hasta regalados al pueblo con la excusa de ahorradores de energía a través de PDVAL y Mercal, sin decirles a los ciudadanos que contienen 3 y 5 mg de mercurio, que emiten radiación ultravioleta.
La Fundación Dermatológica Británica los denunció mundialmente como causantes de enfermedades en la piel. ¿Estarán acaso entre los causantes de la chikungunya?
Pero a pesar de estos antecedentes ya denunciados en mayo de este año por un diputado, hemos leído con estupor que esta misma semana el mandatario Maduro firmó otro contrato con China para comprarle al país asiático bombillos LED. En Valencia Corpoelec está recibiendo los bombillos ahorradores anteriores. El Ministro Chacón, a pesar que continúan los cortes eléctricos en el otro país, que es la provincia, permanece callado sobre varios asuntos. Pareciera que para Corpoelec el consumidor es un usuario que poco importa.
Cómo puede catalogarse esta otra torpeza del gobierno: ¿codicia y ambición de intereses, falta de consideración con la salud pública, un país donde los errores de un gobierno no se cobran, naufragio de la conciencia pública? Con razón Venezuela aparece en el número 175 entre los países más corruptos del mundo. De veinte denuncias sobre casos de corrupción que ha hecho la oposición sólo tres han sido admitidas y sin ningún informe conclusivo.
Vivimos en el país de la lenidad que no es otra cosa que la falta de rigor en exigir el cumplimiento de deberes o en castigar las faltas. El Canciller Ramírez tiene patente para equivocarse todas las veces que quiera. Así ha ocurrido recientemente como autor del Sicad I, Sicad II y en materia petrolera al salir de PDVSA y dejarla endeudada y hasta importando gasolina. El gobierno de Maduro acorralado por la liquidez vendió al Banco Goldman Sachs obligaciones por más de 4.000 millones de dólares que la República Dominicana adeudaba a Venezuela. Aceptó el 41% del valor total, perdiendo Venezuela el 59%. Son los logros del llamado socialismo venezolano que en cada foro mundial dice que le tienen una guerra económica y que el culpable es el imperialismo, variables muy propias de los regímenes comunistas y populistas.
Por Julio Portillo / El Fortín de Guayana