Human Rights Watch y los Centros de Salud Pública y Derechos Humanos y de Salud Humanitaria de la Universidad Johns Hopkins expresaron su preocupación por la necesidad de que Venezuela reciba ayuda humanitaria para combatir la pandemia de covid-19.
Subrayaron que la absoluta falta de preparación del sistema de salud agudiza el riesgo para la salud de los venezolanos y podría contribuir a una propagación regional del coronavirus.
Las instituciones dudaron de las cifras que ofrece el régimen sobre la enfermedad. Presumen que puede ser mucho mayor por la escasa disponibilidad de pruebas confiables, la falta de transparencia y la persecución contra profesionales de la salud y periodistas que cuestionan al chavismo.
Asimismo, indicaron que, como consecuencia del hacinamiento en zonas populares y cárceles, así como los problemas generalizados para acceder al agua en hospitales y en los hogares, es probable que el covid-19 se extienda con rapidez.
«El éxodo masivo de venezolanos, así como la actual migración de venezolanos que ingresan y salen del país producto de la pandemia, agrava el riesgo de que el virus se extiendamás allá de Venezuela», indicó.
Kathleen Page, médica y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, manifestó que la crisis y el colapso del sistema de salud han generado una peligrosa situación que favorece una rápida propagación del virus, aumenta las condiciones de trabajo inseguras para el personal de salud y significa un alto índice de mortalidad entre pacientes que necesitan tratamiento en hospitales.
“La imposibilidad de Venezuela para hacer frente a la pandemia de Covid-19 podría provocar que más personas intenten irse del país. Esto desbordaría aún más los sistemas de salud de los países vecinos, poniendo en peligro más ampliamente la salud en la región”, agregó.