Recientemente, el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, estimó que la cantidad de remesas enviadas a Venezuela de parte de migrantes disminuyó al menos 30% por la crisis mundial del empleo enmarcada en la pandemia del COVID-19.
De acuerdo con La Prensa de Lara, numerosos migrantes venezolanos han sido despedidos de sus trabajos y la consecuencia inmediata es la imposibilidad de enviar dinero a sus familiares en el país latinoamericano.
Ese es el caso de Eliza Barboza, quien tiene tres años en Estados Unidos. La mujer aseveró que, hasta diciembre de 2019, podría enviar hasta 200 dólares mensuales que obtenía de propinas que recibía en un hotel cinco estrellas.
Poco después, tuvo que reducir el monto hasta que, este último mes, informó a sus padres que no podrá ayudarlos por los momentos.
«Me sentí muy mal el día que se los dije, pero me quedé sin trabajo. Desde enero los viajeros y residentes del hotel comenzaron a disminuir, así como mis propinas. El último mes el hotel ha estado prácticamente cerrado, silenciosamente fueron disminuyendo personal y ya no trabajo. Tengo ahorros, pero son para sobrevivir mientras todo esto pasa y ver si luego puedo volver al hotel», dijo.
Economistas advierten que el hecho de que la economía se vea afectada por el confinamiento y cierre de negocios es «inevitable». Aún así, confían en que algunos de los envíos de dinero seguirán llegando a Venezuela, en un esfuerzo de los migrantes por no dejar «desamparadas» a sus familias.
Redacción Maduradas con información de La Prensa de Lara
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