El ciudadano de nacionalidad venezolana Gustavo Ramón Rojas Chávez, de 24 años de edad, aseguró en una nota de voz que le envió a su primo el pasado domingo 1° de marzo que, presumía, querían secuestrarlo para quitarle sus órganos.
“Cuando llegué aquí me montó en un carro convertible, lo que querían era secuestrarme, yo digo que para matarme y sacarme los órganos. Yo logré bajarme y me metí en un matorral”, relató a su familiar poco después de llegar a ese país.
Rojas Chávez fue hasta esa nación por una supuesta oferta laboral que había aceptado. No obstante, su perspectiva cambió cuando arribó al Aeropuerto Juan Santamaría, en donde lo recibió un hombre de apellido Hair que lo contactó y envió el pasaje para que viajara.
El joven falleció luego de terminar arrollado el pasado lunes 2 de marzo en la autopista General Cañas de la ciudad de Heredia, en Costa Rica.
El migrante le dijo a su primo, el mismo domingo que llegó a Costa Rica, que había conseguido volver al aeropuerto, pero no tenía dinero para comer y debía aguardar hasta el 13 de marzo, casi dos semanas, para poder regresar a Venezuela.
“Ahora estoy en este aeropuerto sin plata, con hambre, me dejaron botado, no he dormido nada y con el pasaje de regreso hasta el 13 de marzo, imagínate”, indicó Rojas Chávez en otro audio que envió.
El medio costarricense Extra afirmó que los familiares y amigos exigen a las autoridades que empiecen con las investigaciones para determinar qué ocurrió porque no descartan que al joven lo arrollaran en medio de una persecución, pues el hombre que lo recibió en el aeropuerto insistió en volver a buscarlo.
“Yo no sé por qué salió del aeropuerto, eso es lo que nos parece raro, él me dijo que se quedaría allí, algo tuvo que haber pasado”, manifestó el primo a Extra.
Mientras Rojas Chávez estaba en la situación de desespero, su primo trataba de reunir el dinero para acortar el retorno o que por lo menos que viajara hasta Colombia por el peligro que representaba que continuara en Costa Rica.
Redacción Maduradas con información de El Nacional.
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