La joven Ingrid Gomes, de 20 años de edad, reveló que su expareja José Luis Da Silva, de 21 años de edad, le colocó una sustancia en su botella de agua para dormirla.
La estudiante de Comunicación Social aseguró que en medio de una leve discusión con Da Silva porque no la quería dejar ir, él se ofreció a comprarle una botella de agua porque la veía “muy acelerada”.
“Bueno, me la tomé. Después de un rato, no sé en qué momento, me quedé dormida. Cuando me despierto, no siento manos ni pies y comienzo a ver todo borroso”, aseguró.
En una entrevista concedida a Impacto Venezuela desde su hogar todavía convaleciente, contó por primera vez cómo logró escaparse de la brutal agresión que recibió por parte de su exnovio.
Mientras su cuerpo iba reaccionando, su expareja le dijo que había hecho “todo” lo que debía para que ella estuviera con él. No obstante, la joven comenzó a resistirse, mientras su atacante la golpeaba y asfixiaba para callar sus reclamos.
“Si le contestas a tu mamá, nos matamos”, le advirtió el joven cuando su progenitora la llamó a su teléfono móvil.
Su victimario manejaba por la nueva carretera hacia El Junquito, Distrito Capital, cuando se encontraban cerca de la alcabala de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Gomes decidió hacer algo para escapar de su raptor.
“Cuando veo a los guardias, primero pido auxilio y, como no veo que estén muy pendientes, me lanzo”, narró.
En ese instante, su exnovio la tomó por el cabello y la arrastró por el pavimento mientras aceleraba su vehículo.
“Ahí es donde yo voy rodando por todo el asfalto, pierdo el conocimiento y ahí no me acuerdo de lo que pasó”, recordó entre lágrimas.
Posteriormente, el joven baja del carro, rompe una botella y comienza a apuñarla a Gomes en el cuello. En ese momento, los efectivos llegaron al sitio e impidieron que Da Silva terminara con su vida.
“No lo creía, no pensaba que iba a poder pasar esto, me dolió mucho”, afirmó la joven, quien no sabía hasta dónde podía llegar la maldad de alguien a quien creía conocer.
Por último, la estudiante de la Universidad Santa María (USM) le da gracias a Dios porque “se hizo justicia y porque yo estoy viva”.
Da Silva fue imputado por femicidio en grado de frustración y destinado a estar recluido en el Centro Penitenciario de Aragua, mejor conocido como Tocorón.
Redacción Maduradas
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