Jorge La Cruz, de 51 años, fue hospitalizado con dolor corporal, entumecimiento en sus miembros y problemas de coordinación. Murió de un paro respiratorio tras padecer del síndrome Guillain-Barré, una complicación asociada al Zika. Familiares denuncian la falta de insumos dentro de la emergencia del HUM.
“Su cuadro se complicó y falleció”, fueron las palabras del médico. Jorge La Cruz, trabajador del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM), yacía en la emergencia del centro asistencial luego de seis días de lucha contra el síndrome Guillain-Barré, presuntamente asociado al zika y denominado por las autoridades de Salud como “complicación neurológica”.
Desde hace cinco años era obrero del HUM. Estaba encargado de la limpieza desde la emergencia hasta la morgue. Berceles Pelufo, esposa, relató que su difunto esposo desde su juventud fue “como un roble”, siendo más ágil y rápido que su cuadrilla.
El 26 de diciembre La Cruz tuvo la encomienda de desalojar camillas de un cuarto de la morgue, para su sorpresa una marea de zancudos volaron a su encuentro. Al llegar a su casa sus familiares vieron marcas rojas en su piel. Dos días después los dolores en los huesos se presentaron y el temor apareció: “debe ser zika”.
Dos días de descanso y medicamentos para el dolor, le devolvieron la normalidad al obrero. Berceles recordó que los médicos del CDI de Santa Rosa le aconsejaron que debía guardar reposo, tomar sopa y agua de coco. Para el año nuevo sus males estaban olvidados.
El 2016 llegó y el malestar del señor Jorge apareció nuevamente. El 2 de enero el dolor muscular entró en escena junto con el entumecimiento en las plantas de los pies, las manos y la cara. Para el 9 de enero La Cruz se quejó de dolor en la espalda que se hacía cada vez más “insoportable”, ese día ingresó al HUM en plenas facultades mentales y con la capacidad de caminar.
Guillain-Barré
María Hernández, hija del afectado, detalló que luego de los exámenes físicos tuvieron el diagnóstico del médico, “el señor tiene el síndrome de Guillain-Barré pero es un tratamiento costoso. Solo se puede tratar con inmunoglobulina y no la tenemos aquí en el hospital. Tienen que buscar la manera de conseguirlo”.
Su esposa en medio de la desesperación escuchó como el médico solicitaba soluciones y medicinas, “cada solución costaba mil bolívares y mi esposo necesitaba ocho diarias”.
Contó como su padre empeoró ante la falta de inmunoglobulina, “los médicos nos decían que pronto iba a llegar la medicina pero nunca llegó”. Les fue entregada una constancia en papel reciclable firmada y sellada con el diagnóstico de SGB para solicitar trasladar la medicina desde la frontera “en el caso” de poder pagarla.
La única opción que quedaba era la plasmaféresis, pero no podía aplicarse porque La Cruz tenía su presión arterial alta, “no nos decían nada, y se tardaron demasiado en decirnos que debían hacerle plasmaféresis”.
En la mañana del 11 de enero los médicos anunciaron que de La Cruz debía ser intubado. Ira, miedo y desconcierto acompañaron a sus familiares hasta la dirección del hospital para reclamar los medicamentos y atención adecuada. La secretaria del director les dio una respuesta a sus lamentos: “no se preocupe nosotros les garantizamos todo”.
Desconsuelo
Jorge La Cruz respiró por última vez a los 51 años, el jueves 14 de enero a las 3.00 de la mañana en la emergencia del HUM sin familiares a su alrededor. Tuvo un paro respiratorio. Con ojos llorosos la señora Berceles lamenta la muerte de su esposo.
“Él no estaba tan mal cuando llegó. De habernos explicado desde el principio cuáles eran nuestras opciones. Así como hoy le pasó a mi esposo le puede pasar a cualquiera. No queremos que siga pasando las autoridades de salud tienen que tomar medidas”.
El acta de defunción se emitió el 14 de enero y reza como causa de muerte “síndrome febril” cuando en reportes anteriores había sido diagnosticado como el síndrome de Guillain-Barré. Los familiares quedan un pesar y una duda: “¿cuántas personas deben morir antes de que se tomen medidas?”
María Hernández, hija de Jorge, “Están dejando morir a la gente. En emergencia y el séptimo piso vimos hasta cuatro pacientes morir a diario. No tienen con que atenderlos”.
Fuente: La Verdad