Luis Meléndez, hermano de uno de los venezolanos expulsados de Chile, contó todo lo que había hecho su pariente para poder llegar a ese país a reencontrarse con su familia y trabajar por un futuro mejor.
Denunció que a los criollos deportados «los hicieron firmar el documento (de expulsión), pero sin explicarles absolutamente nada», aún cuando el mismo tenía un anexo donde les preguntaban si querían apelar, a lo que los funcionarios de seguridad los «manipularon» para que colocaran la opción «no».
Meléndez lleva varios años viviendo en Chile, pero su hermano llegó el pasado 30 de enero a través de la frontera con Bolivia, estuvo en el Colegio Centenario en Iquique cumpliendo la cuarentena por la pandemia del coronavirus, pero en lugar de permitirle quedarse, lo expulsaron el 10 de febrero.
«Me quitaron a mi hermano menor, a quien llevo años sin ver, y que caminó prácticamente desde Colombia (…) Llegaron a las 2:00 de la mañana, despertaron a todos diciéndoles que mostraran sus documentos y exigiéndoles que firmaran la expulsión», precisó el venezolano.