Recostado sobre el sillón de caoba que ocupara su predecesor socialista, el nuevo presidente de la Asamblea Nacional Henry Ramos no parece preocuparse demasiado de que lo describan como un conservador despistado decidido a enterrar el recuerdo del finado presidente Hugo Chávez y a derrocar a su sucesor.
Por el contrario, se lo ve listo para dar pelea. Cuando se le dice que muchos lo consideran un dinosaurio, responde: “Dígaselo a los electores. La gente ha preferido al dinosaurio Henry Ramos”.
“Estoy aquí. Y no caí en un paracaídas”, expresó Ramos, de 72 años y quien la semana pasada asumió la presidencia del primer congreso dominado por la oposición que tiene Venezuela desde que Chávez puso en marcha su revolución socialista hace casi dos décadas.
“Nosotros no buscamos confrontar con nadie. Ahora, si ellos plantean la confrontación…”, agregó frunciendo el ceño.
Político veterano, Ramos asumió el 5 de enero en reemplazo de Diosdado Cabello, un ex oficial del ejército considerado uno de los hombres fuertes de la revolución.
Ramos, segundo en la línea sucesoria de la presidencia, promete ser una figura tan divisiva como lo fue Cabello.
En sus primeros tres días en el cargo tomó juramento a tres legisladores opositores a pesar de que el Tribunal Supremo los había impugnado y advertido que toda medida que tomase el legislativo con esos legisladores en funciones sería nula.
Además fue filmado cuando le decía a empleados de la Asamblea que retirasen todos los cuadros de Chávez del edificio neoclásico y se los diesen “al aseo”.
Ramos fue muy criticado por ese video, distribuido por su propio jefe de prensa y el cual enfureció al gobierno socialista. El video, difundido ampliamente por la televisión estatal, cayó mal incluso entre algunos aliados de Ramos, que quieren que la oposición se concentreen hacer frente a una crisis económica con una inflación de tres dígitos y una escasez de productos generalizada.
¿Figura repelente?
Ramos nunca derrochó simpatía.
En un cable del 2006, el embajador de Estados Unidos William Brownfield dijo que Ramos era una figura “repelente… vulgar, desagradable, arrogante y susceptible”. En el mismo cable comparó el estilo de Ramos con el de Chávez.
Igual que el finado líder populista, Ramos se especializa en cortejar a su base al tiempo que provoca a sus opositores haciendo que actúen impulsivamente.
Miembros del Partido Socialista Unido de gobierno respondieron al retiro de los retratos de Chávez prometiendo llenar las calles de Caracas de imágenes del finado líder. También lograron que el Tribunal Supremo invalidase toda acción del nuevo congreso mientras sigan en funciones los tres legisladores impugnados.
Maduro ha asumido igualmente una línea dura en los últimos días. Y dejó mudos a los moderados la semana pasada al designar un nuevo zar económico que dice que la inflación “no existe en la vida real”.
“Cuanto más beligerante sea la actitud de Maduro, más fuerte se hace la posición de Henry Ramos”, sostuvo Javier Corrales, quien enseña política latinoamericana en el Amherst College de Massachusetts.
“Si ofreciese hacer las paces, dividiría a la oposición, ya que hay quienes están dispuestos a pactar con el gobierno”, manifestó Corrales. “Pero Maduro no ha hecho nada para dividir y conquistar”.
“Estilo combativo”
Además de haber servido en la Asamblea varias veces, Ramos ha sido por décadas uno de los líderes del partido Acción Democrática, que se alternó en el gobierno con otro partido tradicional, Copei, durante la era política que precedió el arribo de Chávez, en la que las elites controlaron el gobierno.
En el 2005 Ramos encabezó una desastrosa campaña en la que la oposición no participó en las elecciones legislativas y le entregó el control de la Asamblea y de otras instituciones a los socialistas.
Ramos llega a su oficina a las cinco de la mañana, se ha rodeado de colaboradores jóvenes y no modera sus hábitos, a pesar de que un médico le dijo que deje de comer carne de cerdo tras someterse a una operación a corazón abierto.
Hay quienes creen que su estilo combativo puede derivar en un peligroso enfrentamiento con el oficialismo. Las caóticas calles de Caracas están llenas de pintadas en las que se lo describe como un payaso. En la red circula un video de sectores afines al socialismo en la que se quema una imagen suya.
Al mismo tiempo, abundan en la oposición quienes estiman que es inevitable un enfrentamiento con el gobierno y consideran que Ramos es la figura indicada para plantársele con mano dura al oficialismo.
Cuando se le menciona la posibilidad de una solución negociada, Ramos dice que los líderes inteligentes son capaces de reflexionar y cambiar de postura.
Pero no puede resistir la tentación de provocar a sus adversarios.
“El presidente Maduro no se va a morir de inteligencia”, expresó.
Con información de Associated Press / Sumarium.