En el Centro de Detención de Inmigrantes en Aripo, Trinidad & Tobago, hay 34 inmigrantes venezolanos ilegales que están pidiendo a esa nación que les permita quedarse para trabajar y enviar a sus familias en Venezuela el dinero suficiente para cubrir sus gastos.
El ministro de Seguridad Nacional de ese país, Edmundo Dillon, dijo que no es posible hacer las deportaciones porque estas personas cumplen con los requisitos para ser considerados como refugiados.
Anteriormente a los venezolanos se les había informado que se estaban realizando los trámites para su repatriación a través de la Embajada de Venezuela, una medida que poco les agradó.
Justificaron que el Gobierno de Trinidad y Tobago debería darles asilo o condición de refugiados por motivos humanitarios.
“Mi familia en casa está muerta de hambre, no tienen comida, ni papel higiénico ni medicamentos para mi padre enfermo. Las cosas están vuelto locas y mis parientes viven de maíz hervido y de pocas provisiones. Están muy descontentos y esperaban que yo trabajase en Trinidad para comprar artículos y enviárselos. Pero ahora soy un detenido, no sé cómo la están pasando. Quiero permanecer aquí y ganar con una vida honesta, no quiero regresar“, dijo Juan Carlos, uno de los detenidos.
Redacción Maduradas con información de La Patilla.
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