Alrededor de 300.000 venezolanos residen en la capital de Colombia, Bogotá, una población que es mayor o se iguala a la cantidad de migrantes en países como Chile, Ecuador y Brasil.
En ese sentido, Venezuela 360 decidió explorar la situación laborar y social que deberían afrontar los connacionales que opten por establecerse en esa ciudad.
La encuesta más reciente del Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), indica que de los migrantes que llegaron en los últimos 12 meses al vecino país, 330.000 se encuentran incorporados en alguna actividad productiva. De esa cifra, 61.000 están consagrados a las ventas ambulantes, convirtiendo a Bogotá en la plaza con mayor demanda de oportunidades para los refugiados-migrantes.
“Aquí en el centro es donde uno se rebusca. Bogotá es una ciudad próspera y al que trabaja le va bien”, dijo a Venezuela 360 Yarimar López.
Los datos de DANE señalan que la tasa de desempleo de los venezolanos pasó del 18,1% en noviembre de 2018 al 20,9 % en octubre de 2019. Una prueba de que las opciones conseguir un trabajo formal están cada vez más limitadas con el incremento del éxodo de refugiados-migrantes.
“La competencia entre los vendedores ambulantes es tan fuerte como la que existe entre los artistas callejeros locales y los comediantes venezolanos que desplazaron sus shows de las calles de Caracas a Bogotá”, explica la Voz de América.
Sin embargo, las vivencias de los migrantes son variadas y no se delimitan a las ventas ambulantes.
“Estoy pasando no sé si el doble de trabajo porque aquí igualito no nos toca fácil. Claro se consiguen las cosas, pero a mí me ha tocado salir a reciclar con mi hija. Así, caminando con ella en el coche y después de tocar la basura, quitarme los guantes y darle pecho y eso no es fácil”, contó Zulay Sarmiento, mientras esperaba asistencia en la Fundación de Atención al Migrante de la Arquidiócesis de Bogotá.
Redacción Maduradas con información de la Voz de América.
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