Horas de tensión vivieron los clientes de un Abasto Bicentenario en el estado Lara, según reseña El Impulso.
Se conoció que unas 2.000 personas aproximadamente, arribaron al establecimiento desde las 10:00 p.m. del viernes y apenas 500 pudieron comprar leche, pollo, carne, harina, arroz y pasta.
La mayoría de los ciudadanos se unió a la cola la madrugada de ayer. Entregaron sus cédulas de identidad a las 11:00 a.m. hora en la cual los guardias nacionales retiraron el documento a fin de que más tarde la gente pudiera ingresar y comprar.
Cada dos o tres horas entraba un lote de unas 100 personas, no obstante, el desorden, la lentitud, aprovechamiento y anarquía caracterizó la jornada, lo que al parecer es usual.
A las 4:00 p.m. se les informó a los usuarios que se había acabado la mercancía, en ese momento, se suscitó la desesperación de quienes pasaron más de 12 horas en cola.
Según la versión de dos compradores, quienes llegaron al abasto a las 3:00 y 4:00 a.m., se desató una trifulca y malestar al conocerse que no había más alimentos.
La noticia indignó a los presentes, quienes exigieron explicaciones a los efectivos de la Guardia Nacional. Nadie supo dar respuestas. El gerente tampoco apareció.
El señor Agustín Pérez, retando la innegable inseguridad que azota al país, salió de su hogar en la madrugada con el propósito de abastecerse de unos cuantos artículos.
«Fue una irresponsabilidad, en el desorden mucha gente se fue sin su cédula.
No es justo. Después de 13 horas no alcancé a comprar nada. Los que sí compraron fueron los guardias, empleados y amigos de los empleados. Una burla total”.
Carlos Palma agregó: «Nos sentimos indignados, molestos, engañados. Los guardias empujaron a la gente, nadie nos dio la cara, nadie considera todas las penurias que pasamos para poder comprar comida. Parece que no saben ni contar, si sólo tenían 500 pollos no recojan 2.000 cédulas. Una total desorganización”.