La administración de Barack Obama, en su deseo de alcanzar un entendimiento con Cuba y ayudar a Colombia a entablar un diálogo con la guerrilla, estaba dispuesta a mantenerse de brazos cruzados frente al sistemático desmantelamiento de la democracia en Venezuela, sostiene el ex presidente de Bolivia, Jorge Quiroga, así reseña la nota de El Nuevo Herald en su versión web.
Era una visión para América Latina que auguraba muy malos resultados para la democracia venezolana.
Y es que la estabilidad del régimen de Nicolás Maduro era esencial para alcanzar los objetivos trazados para Cuba y Colombia, manifestó el ex presidente boliviano en una entrevista.
“La democracia en Venezuela ocupa un lugar inferior, un lugar muy subalterno, al proceso de paz en Colombia y al diálogo en Cuba”, dijo Quiroga al explicar que las negociaciones con las FARC y con La Habana fueron convertidas en las prioridades de la agencia para América Latina de la Casa Blanca.
Esas prioridades están “supeditadas a una falsa estabilidad con el régimen de Maduro para que siga colaborando en la paz de Colombia y que continúe manteniendo el suero petrolero a Cuba. La contribución de Venezuela es imprescindible para sostener la economía cubana hasta la reconciliación y reapertura con Estados Unidos y eso estaba por encima de las violaciones a la democracia y las violaciones a los derechos humanos que estaba cometiendo Maduro”, enfatizó.
Venezuela, cuyos gobernantes operan bajo estrecha supervisión del régimen castrista, mantiene acuerdos de cooperación económica que la obligan a subsidiar la economía cubana con alrededor de 100,000 barriles diarios de crudo.
El régimen de Caracas ha tratado de mantener la asistencia a la isla a toda costa, aun cuando el colapso económico ha llevado a los venezolanos a padecer índices de desabastecimiento y de inflación sin precedentes en el país sudamericano.
Pero esa visión de Washington sobre América Latina ya no es sostenible, ahora que la red de apoyo que el chavismo contaba en la región comienza a desmoronarse, tras la victoria del presidente Mauricio Macri, en Argentina y ante los problemas de Dilma Rousseff en Brasil, y ahora que el mundo comienza a darse cuenta del colapso económico provocado en Venezuela por un régimen populista que terminó involucrado en el tráfico de droga.
Son un conjunto de factores que apuntan a que la situación está cambiando, insistió Quiroga, al añadir que otros de los factores que también respaldan la tesis incluyen la aplastante derrota del chavismo en las elecciones del 6 de diciembre y el pronunciamiento de la OEA sobre la falta de transparencia en el sistema electoral del país.
Todos esos elementos “hacen que la secundarización de la democracia venezolana –que la ha dejado subsidiaria a la paz colombiana y a la reconciliación cubano-americana– sea ahora una situación insostenible”, señaló el ex mandatario.
“La administración Obama debe ahora entender que si quiere realmente paz sostenible en Colombia y si quiere reconciliación sostenida en el tiempo entre Cuba y Estados Unidos, eso no puede ser conseguido si se pisotea al mismo tiempo la democracia venezolana”, enfatizó.
Y la democracia venezolana sigue bajo amenaza de ser pisoteada por un régimen bolivariano que ha adquirido la peligrosidad de una fiera herida, luego que las elecciones de diciembre dejaran a la oposición con el control de dos tercios de la Asamblea Nacional, y con suficiente poder como para iniciar el proceso de desmontar las distorsiones causadas durante 16 años de revolución.
Esa peligrosidad quedó demostrada la semana pasada luego que el régimen pasara a reemplazar a 13 magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, e intentara impugnar la mayoría obtenida en la Asamblea por la oposición durante los comicios, y anunciar la creación de una Asamblea Comunal, cuerpo legislativo que saldría a competir con el poder recién electo.
Todo esto es inconstitucional, dijo Quiroga.
“Esto es una intentona de narcogolpe judicial” ejecutado por el saliente presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quien es posiblemente el hombre fuerte de Venezuela, expresó el ex mandatario.
Cabello, quien es investigado en Estados Unidos bajo sospecha de que es el máximo capo de la droga en el país petrolero, está tratando de blindarse porque sabe que ya no tiene el control del congreso, y ya no tiene ascendiente militar dentro del país, explicó.
Sin embargo, esos intentos no tendrán éxito, pronóstico Quiroga.
Todos estos intentos al final van a ser rechazados y condenados por la comunidad internacional, advirtió el ex mandatario, quien señaló que incluso el tema –de persistir el régimen en esas pretensiones– podría terminar siendo tratado en un consejo permanente de la OEA.
“No se puede desconocer la voluntad popular y nombrar nuevos magistrados a simple mayoría, a días que expire una Asamblea. Eso no va a funcionar”, señaló.
Vía El Nuevo Herald / Por Antonio María Delgado