Representantes de la iglesia católica se declararon en desobediencia civil y le pusieron un alto a las agresiones de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), este viernes.
Los sacerdotes del estado Mérida, específicamente de la población de Ejido, se enfrentaron a los funcionarios para detener la represión del régimen.
Las tanquetas se disponían a instalarse en el lugar para iniciar la guerra campal hasta que aparecieron los religiosos y se acercaron para evitar enfrentamientos.
Redacción Maduradas