«La sensación era demasiado y necesitaba controlarla. Al tratar de dar sentido a mi experiencia, tomé mi cámara y comencé a disparar», fueron las palabras de una mujer que se refugió en la fotografía tras una violación.
«Fotografié todo, desde lo que estaba viendo hasta lo que estaba sucediendo y cómo me sentía. Me sentí como cada sobreviviente que había por ahí. Si no había pruebas suficientes, no sucedió. Seguí fotografiando mi prueba. La prueba de mi lucha, de mi supervivencia. Aprendí a progresar a través de la lente de una cámara. El trabajo se transformó en una expresión de mis dolores y sufrimientos silenciados», relató.
A pesar de que su caso se mantiene más vivo que nunca y no se ha logrado justicia, la asaltada recalcó la necesidad de que su historia se diera a conocer, a pesar de los comentarios de su entorno.
«Mi esposo a veces me pregunta: “¿por qué estás compartiendo este trabajo ahora, tan temprano en tu experiencia? ¿Por qué no puedes esperar?”. Yo siempre respondo: “Porque es importante. Siento que es necesario”. Aunque este viaje turbulento está lejos de terminar, estoy obligado a hablar y compartir mi historia. El mundo puede estar decidido a silenciarnos, pero estoy aún más decidido a hablar y compartir mi historia. Mi proyecto está dedicado a la niña inocente que era y a muchas otras que piensan que están solas. No estás sola», agregó.
Redacción Maduradas con información de CNN
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