Una difícil decisión han tenido que tomar los médicos del Hospital José Gregorio Hernández, mejor conocido como «Los Magallanes de Catia», ubicado en Caracas.
Según un reportaje de El Estímulo, en vista de que la institución no tiene insumos para proveer de desayuno, almuerzo y cena a los enfermos, los pacientes fueron dados de alta para que no «murieran de hambre», relataron las enfermeras y trabajadores del hospital.
En Los Magallanes de Catia, que fue un centro de referencia en la salud venezolana en otros tiempos, también hay un suministro deficiente del servicio de agua. Los familiares deben llevar su agua al hospital y subir y bajar decenas de escaleras a cada rato, porque los ascensores tampoco sirven.
El estado de insalubridad también es notable, porque no tienen cloro ni desinfectantes para asear las áreas de uso común, ni las habitaciones.
Vea más de este impactante trabajo de El Estímulo,un fiel retrato del colapso de la salud pública en Venezuela.
La ministra de Salud debería tomar nota de la situación y recordar que el derecho a la salud está contemplado en la Constitución.
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