El diario El Nuevo Herald, establecido en la ciudad de Miami, ha publicado un duro editorial en el que devela los daños que recibió el gobierno de Nicolás Maduro ante lo ocurrido el pasado jueves en la sede de la OEA, donde su secretario general, Luis Almagro, presentó un demoledor informe sobre la crisis en Venezuela.
A continuación el editorial íntegro:
El régimen de Nicolás Maduro sufrió el jueves pasado un revés en la sesión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), convocada por el secretario general de la entidad, Luis Almagro.
Aunque no hubo un llamado a una votación sobre el caso de Venezuela, los miembros de la agrupación hemisférica escucharon los principales puntos del informe de Almagro, que expuso claramente la crisis devastadora que padece el país sudamericano. Y los integrantes de la OEA dejaron la puerta abierta para reanudar el debate.
Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por la oposición desde el pasado diciembre, señaló el golpe sufrido por los representantes del régimen de Maduro. “La gran derrota de la diplomacia venezolana es que no querían que se considerara el caso Venezuela, trataron de disimular la existencia de una crisis y no pudieron, porque la crisis existe y es política, económica y social”, apuntó el legislador.
El régimen chavista recibió un mazazo cuando 20 países miembros de la OEA aceptaron escuchar las conclusiones de Almagro, frente a 12 votos en contra y dos abstenciones. La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, no consiguió bloquear el informe del secretario general de la organización, y se ausentó cuando Almagro dio lectura al documento, en un arrogante gesto de contrariedad.
La derrota de los diplomáticos chavistas en el seno de la OEA evidencia la enorme pérdida de influencia de Caracas en la política continental. Han terminado los tiempos en que Hugo Chávez usaba la bonanza petrolera para comprar respaldo político. También el hecho de que en varios países latinoamericanos se haya abandonado el modelo populista que gravitaba en torno al socialismo del siglo XXI ha reducido la influencia del chavismo en la región. Países que en otro tiempo hubieran votado en contra de la intervención de Almagro, han dado un giro de 180 grados y se manifestaron a favor, como Brasil y Argentina.
Aún no se ha logrado el objetivo de la aplicación de la Carta Democrática de la OEA a Venezuela. Pero los 20 países que apoyaron la celebración de la sesión extraordinaria hablaron de revisar el informe de Almagro próximamente. Es un paso de avance.
Como afirmó el secretario general, “el Consejo Permanente [de la OEA] debe mantenerse del lado correcto de la historia y defender a un pueblo que necesita voz. Solo volviendo a un ejercicio legítimo y responsable del poder, podrá Venezuela volver a la senda de la paz y de la prosperidad”.
Los venezolanos sufren la tortura cotidiana de un régimen fracasado que se aferra al poder mediante la represión. La OEA debe ponerse de parte de la gente en Venezuela y hacer todo lo posible para resolver la crisis económica y devolver la democracia al pueblo.
Por: El Nuevo Herald.