Para los venezolanos las fechas patrias cobran otro sentido recientemente. La vivencia en un país con un colapso económico sin precedentes y en el que las libertades están fuertemente amenazadas y comprometidas, tal y como lo constató el más reciente informe de Derechos Humanos de la ONU, eclipsa cualquier ánimo de celebración.
Este 5 de julio no fue la excepción. Sin desmeritar la gesta civil de hace 208 años, fue inevitable no comentar en redes la forma en la que el país ha perdido su derecho hasta a vivir. Sin libertades, sin comida, sin medicinas, sin soberanía (por la actuación de elementos cubanos, rusos, chinos y del medio oriente en Venezuela) cientos de ciudadanos enfatizan en la necesidad de recuperar esa libertad que nuestros héroes independentistas fraguaron hace dos siglos y de conquistar la nueva independencia.