Los verdaderos efectos de «El Cumanazo» apenas comienzan a sentirse. La ola de saqueos masivos que se vivió el pasado martes en Cumaná ya empieza a mostrar sus peores consecuencias. Negocios cerrados y destruidos, empleos que se pierden y un pueblo con hambre que ahora mucho menos consigue cómo saciar sus necesidades.
Según reseña el periodista Jesús Gabriel Bermúdez, en una publicación en el diario El Tiempo, el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) en la entidad, Joaquín Ruiz, señaló que 30% de los 100 comercios que fueron saqueados el pasado martes en Cumaná «no volverán a abrir al público».
La razón es sencilla. Los vecinos de la zona no solo saquearon los alimentos o productos que encontraron en los locales, sino que rompieron maquinaria y se llevaron hasta las mesas y las sillas de algunos comercios. Ahora, los comerciantes aseguran no tener recursos para reparar todos los daños.
En algunos locales, las personas cargaron con equipos costosos, tales como rebanadoras, neveras y pesos, instrumentos indispensables para trabajar.
“La cantidad en bolívares de las pérdidas aún no es cuantificable. La gente no sólo se llevó la comida o herramientas, sino que también destruyó los locales. Entre 20 y 30% de los locales no podrán reponerse y permanecerán cerrados”, expresó.
Aun cuando no precisó la cifra de posibles personas afectadas, el vocero del gremio afirmó que muchos quedarían sin empleo, producto del cierre.