Las exportaciones de petróleo de Venezuela se desplomaron en 376.500 barriles por día (bpd) en 2020, según datos de Refinitiv Eikon y documentos internos de la estatal Pdvsa, bajo las sanciones de Estados Unidos que han presionado financieramente a Nicolás Maduro.
El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aumentó el pasado año su presión sobre Maduro al sancionar a los principales socios comerciales de Pdvsa y a los propietarios de un puñado de tanqueros que aún transportan petróleo venezolano. También, limitó el suministro de combustible a la nación sedienta de gasolina.
Las sanciones, destinadas a forzar la salida del poder de Maduro después de que su reelección de 2018 fuera calificada de farsa por la mayoría de las naciones occidentales, han llevado a Pdvsa a buscar nuevos clientes, depender de intermediarios en su mayoría desconocidos para revender su petróleo y profundizar los lazos con Irán, otro país sometido a sanciones estadounidenses.
Las exportaciones venezolanas de crudo y productos refinados cayeron un 37,5% en 2020 a 626.534 bpd, el nivel más bajo en 77 años. La disminución fue aún mayor para las importaciones de combustibles, que retrocedieron un 51% en comparación con 2019, a 83,780 bpd, según los datos.
La caída en la oferta de crudo de Venezuela fue varias veces mayor que la del mercado global, que disminuyó alrededor de un 9% el año pasado debido a las limitaciones de COVID-19.
Las exportaciones de petróleo de Venezuela variaron significativamente durante el año, cayendo en picada después que Washington impusiera sanciones a dos unidades del principal socio comercial de Pdvsa, la rusa Rosneft, que luego se recuperaron cuando la estatal petrolera venezolana encontró nuevos clientes y buques para enviar su petróleo.
Las sanciones dieron lugar a una serie de subterfugios. No queriendo ser vistos en los puertos venezolanos, algunos tanqueros hicieron “viajes oscuros” al transportar petróleo con los transmisores apagados. Al tiempo que Pdvsa comenzó a usar los nombres de barcos desguazados para disfrazar la verdadera identidad de los buques que cargaban en sus terminales.
Los Emiratos Árabes Unidos, uno de los aliados más cercanos de Washington en el Medio Oriente, surgió recientemente como un centro de operaciones para las navieras que ayudan a Venezuela a eludir las sanciones de Estados Unidos en un movimiento similar a lo que sucedió con Irán en los últimos años.
En diciembre, las exportaciones de crudo y refinados de Pdvsa y sus empresas mixtas cayeron a casi 487.000 bpd, mientras que las importaciones de combustible, cruciales para surtir las estaciones de sevircio porque las refinerías nacionales apenas funcionan, se desplomaron a 7.500 bpd, según los datos.
La incapacidad de la estatal petrolera para reactivar las exportaciones y su nueva dependencia del combustible importado hundieron a la industria del país miembro de la OPEP a niveles no vistos desde la década de 1940, cuando Venezuela estaba impulsando la producción de crudo y planeaba sus refinerías.
Pdvsa inauguró la refinería Cardón, de 310.000 bpd en la costa oeste en 1947. La instalación, que incluye a la vecina Amuay, permanece en su mayoría inactiva debido a la falta de mantenimiento, repuestos y crudo adecuado para operar.
La compañía también se ha visto obligada a ajustar su producción de crudo de acuerdo con lo que es capaz de exportar, por lo que los mejoradores de petróleo pesado, cruciales para procesar crudo exportable, han trabajado de manera intermitente en los últimos meses, según los documentos de la firma.
A pesar del impacto de las sanciones sobre la economía, Maduro se ha mantenido en el poder con el apoyo de los militares y respaldado por aliados como Cuba, Rusia y China.
Redacción Maduradas con información de Reuters
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