El estudio publicado por El Nacional revela que 105 niños y 113 adolescentes temen que en sus hogares se queden sin alimentos. “Algo que antes no era motivo de preocupación y que ahora se ha convertido en un aspecto terrible que viven los niños”, aseguró Matilde Parra, coordinadora del estudio.
Los adolescentes añoran cereales, arroz, pasta y caraotas. Tampoco comen frutas, carne de res, pescado ni leche. “No los pueden comprar porque son muy costosos o no se consiguen en los comercios”, señala el informe.
Aunado al asunto de la comida, la escasez de medicinas y la debilidad física de los niños, niñas y adolescentes hacen que la salud y la alimentación sean los principales motivos para ausentarse de la escuela.
Medicamentos también son un problema. En el último año, de acuerdo con la muestra, 252 niños, niñas y adolescentes enfermaron o tuvieron un accidente y les prescribieron una medicina. De ellos solo 2,38%; es decir, 6 compraron con facilidad el medicamento en un expendio. De resto, 174 buscaron en distintas farmacias, 43 lo recibieron en un establecimiento público de salud, 43 acudieron a las redes u organizaciones, 42 lo compraron más caro a otras personas, 30 lo intercambiaron por otro medicamento o artículo, 11 lo consiguieron en otra ciudad, 9 en otro país, a 8 se los regaló un familiar, 8 lo tenían guardado en su casa y 4 lo recibieron gracias a una donación.
Además, de 124 niños y 66 adolescentes que padecen enfermedades crónicas, 100 no reciben tratamiento, pues no los encuentran todos y 21 no cuentan con el dinero suficiente para comprarlo.
Con información de El Nacional
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