Este lunes, la joven quinceañera Lisbeth Andreína Yánez Chaurán falleció al caer de una mata de mangos a la cual se había subido para buscar los frutos para darle de comer a su hijo de un año. La muchacha tenía, además, un embarazo de 5 meses.
Según narraron los familiares, era habitual que la muchacha se subiera a la mata, ya que «no le gustaba que su hijo llorara por hambre».
Yánez Chaurán vivía en una humilde casa en la calle Piar del sector Meneven, de El Tigre, sur de Anzoátegui. Residía allí con sus padres, su hermano y su hijo pequeño. Era madre soltera.
Aparentemente, al caer del árbol, la joven aún vivía, por lo que sus familiares la trasladaron al hospital Guevara Rojas.
«Cuando llegamos, no la atendieron, sino que la dejaron en una cama y no le colocaron nada. Tampoco nos dijeron qué necesitaban. Tres horas después de que la trajimos fue cuando pidieron un yelco 22, y mientras salimos a buscarlo se murió. Pero se murió por culpa del médico de guardia», relató Isbelia Chaurán, tía de la víctima.
Los demás familiares aseguraron que, de haber recibido la atención debida, la joven se habría salvado.
Sin embargo, para la familia, la tragedia no ha culminado. Tienen pocos recursos, según reseña El Pitazo, y no han logrado recaudar los 12 millones 500 mil bolívares que cuesta una urna. La Alcaldía de El Tigre solo les dio una fosa en el cementerio general.
Redacción Maduradas con información de El Pitazo
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