Cachamaure es una playa del este de Cumaná, que tiempo atrás perteneció a la hacienda de los padres del mariscal Antonio José de Sucre, actualmente la playa está cerrada al público por una cerca, cinco familias la invadieron, se apoderaron della y se quedaron viviendo ahí.
En el balneario, donde había cabañas, piscinas, área de recreación, un puente de madera, baños e hileras de cocoteros, solo quedan vestigios de la infraestructura y un Mercal.
El equipamiento del balneario fue construido en 1975, con la idea de que en una segunda etapa se acondicionaran las ruinas de la hacienda de la familia Sucre. La promesa era que el lugar se convirtiera en el paraíso turístico de oriente. En la última década, una serie de transferencias de la administración del espacio contribuyeron a su deterioro.
Marianelys Patiño, dirigente social, dice que el balneario dejó de ser turístico. La debacle comenzó cuando pasó de cooperativas privadas a manos de la Alcaldía del municipio Mejía en 2010. En una página de Facebook hay fotos de cómo eran las instalaciones que ocupan 20 hectáreas de terreno de la Hacienda Cachamaure. En un extenso jardín engramado cruzado por palmeras se ven cientos de visitantes en carpas, se organizaban actividades en Navidad con luces y encuentros de moteros. Las últimas publicaciones llegan hasta 2010.
En 2012, el balneario fue utilizado para albergar a 50 familias que resultaron damnificadas en agosto de ese año por la crecida del río Manzanares, en la que dos personas murieron. Desde entonces lo cerraron al público. Luego fue invadido y 5 familias tomaron control de las instalaciones. Nadie puede entrar. “La alcaldía solo ha hecho intentos de arreglos”, dice Patiño
El deterioro del balneario, que por años fue una fuente de empleo para los habitantes de los pueblos de Cachamaure y San Antonio del Golfo, tiene preocupada a la comunidad y a las autoridades. Daminson Balza, concejal de la Comisión Cultura, Turismo y Deporte de la Cámara Municipal de Mejía, señala que la estructura jurídica del municipio no permite su desarrollo turístico. “Mejía no posee una estructura jurídica actualizada, de acuerdo con la nueva Ley de Turismo. Quieren sacar al municipio del desarrollo”.
Este año, la Cámara Municipal realizó un informe con cuatro propuestas para la recuperación del balneario que incluían instalar una mesa permanente de trabajadores, además de evaluar modelos de gestión y buscar recursos para la rehabilitación a través de Inatur y Venetur, pero esto no ha avanzado. El año pasado se aprobaron 3.500.000 bolívares para construir una cerca perimetral que sustituya a la actual. Los habitantes denuncian que los recursos deberían invertirse en la recuperación del lugar que permita la apertura de la playa.
Con información de El Nacional.