Como si con lo logrado no fuera suficiente, la inflación más alta del mundo, la destrucción de la producción nacional y una escasez sin precedentes, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, prometió este sábado “radicalizar” aun más la revolución y «corregir los errores del gobierno» tras ganar las elecciones legislativas del próximo 6 de diciembre, algo que todas las encuestas del país ven como un escenario improbable.
“Vamos a triunfar el 6 de diciembre y les juro desde lo más profundo de mi corazón de bolivariano y chavista que con el triunfo (…) yo voy a radicalizar la revolución y voy a llevar la rectificación de todos los errores y problemas a su máxima expresión”, dijo Maduro ante estudiantes universitarios en el palacio presidencial de Miraflores.
Aunque no especificó las decisiones que podría adoptar luego de las parlamentarias, el mandatario socialista indicó que “hay muchas decisiones clave que hay que tomar” y que ha venido “madurando”, publica Biendateo.
Apela a la imagen de Hugo Chávez
“Sin lugar a dudas la batalla del 6 de diciembre decide si vamos pa’lante del siglo XXI o nos caemos en un traspié”, afirmó Maduro, indicando que su país se debate hoy entre la “traición o la lealtad” al legado del fallecido líder Hugo Chávez (1999-2013).
El mandatario reiteró su denuncia sobre la existencia de una “guerra económica” de grupos de oposición que ha generado una aguda escasez de productos básicos y alta inflación, para desestabilizar al gobierno.
“Le han hecho una guerra económica al pueblo para confundirlo, para irritarlo”, dijo Maduro ante dos centenares de jóvenes que marcharon hasta Miraflores en conmemoración del día del estudiante universitario.
Un centenar de alumnos seguidores de los partidos de oposición también se concentró este sábado en el este de Caracas.
Los venezolanos acudirán a las urnas para elegir a 167 diputados de una Asamblea unicameral controlada por el oficialismo desde hace 16 años.
Según varias encuestas, la oposición lidera ampliamente la intención de voto con una diferencia de 14 a 35 puntos, pero el presidente afirma tener un “voto duro” de 40%.