Venezuela, según Rafael Ramírez, produce 3.500 millones de barriles diarios de petróleo. Voces más serias estiman que podría rozarse los tres millones. No más. Y de esos 3 millones hay deducciones automáticas como la venta a China, el obsequio a Cuba, la deferencia para con Petrocaribe y el consumo interno en el país, que apenas permite que se pueda exportar 2.2 millones de barriles o algo menos. Pero dejemos la cifra en 2.2 millones que a $ 68 (última cotización internacional) abre un boquete inconmensurable en la economía venezolana.
Ahora bien; los prelados del Gobierno negocian con los países productores una rebaja en las cuotas de producción para obligar a los precios a subir. Digamos que tienen éxito en esa gestión y se acuerde una cota de 10 % menos que las cuotas antes convenidas por la OPEP. Venezuela dejaría de producir 350 mil barriles diarios (10 % de lo que dice que produce) y por ende su capacidad de exportación se reduce hasta 1.850.000 barriles, es decir, 18.91 % menos que la exportación actual. Supongamos optimistamente que el crudo se revalorice en 15 % y se cotice en $ 78,92 que multiplicados por 1.850.000 barriles permite que ingresen $ 144.670.000 diarios.
Pero si mantenemos el estatus vigente y multiplicamos 2.2 millones de barriles por esa misma cotización de $ 68 obtenemos $ 149.600.000, es decir, $ 4.930.000 más que imputando la reducción global de 15 % que además es bien cuesta arriba lograr. En consecuencia estaríamos frente a un nuevo “negocio” chucuto. Todo ello sin considerar que si el crudo asciende a $ 78,92 resulta atractivo para los productores de USA extraer petróleo de esquisto que permite mayores beneficios y con ello Estados Unidos estaría reduciendo su brecha de dependencia externa al importar menos, de países como precisamente, Venezuela. (¿Difícil de entender?)
Fuente: Reporte Confidencial