La activista, que no usa aviones, viajó el viernes en tren desde la conferencia climática de la ONU, celebrada en la capital de España, Madrid, a través de la ciudad italiana de Turín. Pronto llegará a su casa en Estocolmo para celebrar la Navidad con su familia después de un año viajando por el mundo
Thunberg respondió rápidamente, sugiriendo que la empresa ferroviaria había reaccionado de forma exagerada a su tuit al sugerir que ella había criticado a la compañía por sus trenes llenos. Explicó que no considera que los trenes abarrotados son «un problema», sino «una gran señal porque significa que la demanda de viajes en tren es alta».
También, aclaró que solo había podido sentarse en un asiento después de la ciudad de Gotinga, es decir, solo las últimas dos horas de su viaje hasta Hamburgo, donde tenía una conexión adicional hacia Suecia.
Otros tuiteros le recriminaron asegurando que es posible reservar un puesto con anticipación con tan solo pagar 4 euros.