Desde la noche del viernes 6 de septiembre, agentes policiales del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela han rodeado la residencia oficial de la Embajada de Argentina en Caracas, que se encuentra bajo la protección de Brasil tras la expulsión de la misión diplomática argentina. En esta sede, seis opositores se encuentran refugiados desde marzo.
Magalli Meda, quien dirigió la campaña presidencial, denunció la situación en redes sociales, destacando que la electricidad ha sido cortada y los accesos al lugar están controlados. “6:30 am. En la Embajada de Argentina en Venezuela custodiada por Brasil, estamos con la electricidad cortada y con los accesos a la sede tomados”, expresó a través de su cuenta en X, acompañando su mensaje con fotografías tomadas desde el interior del recinto.
Por otro lado, Pedro Urruchurtu, coordinador internacional del partido Vente Venezuela, señaló que “Brasil sigue representando los intereses de Argentina”, recordando que si Venezuela desea revocar esta autorización, debe esperar la designación de un país sustituto. “Mientras tanto, seguimos asumiendo esa responsabilidad”, afirmó en la misma red social.
El Comando con Venezuela, grupo opositor liderado por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, también informó sobre la situación, señalando que la sede de la embajada amaneció rodeada de agentes del régimen, quienes bloqueaban el acceso a periodistas, aunque la calle no estaba cerrada.
Además de Meda y Urruchurtu, se encuentran asilados en la embajada el exdiputado Omar González, Claudia Macero, Humberto Villalobos y el exministro Fernando Martínez Mottola, todos ellos acusados por la Fiscalía chavista de delitos como “conspiración” y “traición a la patria”.
A finales de julio, este grupo ya había denunciado la presencia de agentes de seguridad del régimen en las afueras de la embajada, calificando el hecho como una “grave violación al derecho internacional”.
Brasil ha asumido la custodia de las sedes diplomáticas de Argentina y Perú en Venezuela tras la expulsión de sus representantes, en respuesta a las críticas de varios países latinoamericanos sobre las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que Maduro fue proclamado ganador, un resultado cuestionado por gran parte de la comunidad internacional.