El nuevo coronavirus (COVID-19) “tiene todos los ingredientes para llevar a la gente a teorías conspirativas”, consideró Karen Douglas, psicóloga social que estudia la creencia en complots en la Universidad de Kent en el Reino Unido.
Las afirmaciones de que el virus es un arma biológica extranjera, un invento partidista o parte de un complot para reconfigurar a la población han sustituido a un virus irracional con villanos familiares y comprensibles, reza parte de un artículo publicado en el portal web del diario estadounidense The New York Times, firmado por Max Fisher, quien busca explicar la proliferación de estas aseveraciones con poco argumento.
«Gobiernos que buscan ocultar sus fracasos, actores partidistas que buscan un beneficio político, viles estafadores y, en Estados Unidos, un presidente que ha promovido curas no probadas y falsedades que desvían su responsabilidad, también están promoviendo afirmaciones falsas», se afirma en el texto, en el cual se enfatiza que las teorías conspirativas tienen un mensaje común: «la única protección proviene de poseer verdades secretas que ‘ellos’ no quieren que sepas».
“La gente se siente atraída por las conspiraciones porque prometen satisfacer ciertas motivaciones psicológicas que son importantes”, explicó Douglas.
Precisó que se busca con ello: «dominar los hechos, tener autonomía sobre el bienestar propio y una sensación de control».
Redacción Maduradas con información de Infobae
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